Milenio - Laberinto

Billie Holliday, la gran dama del jazz

- ANDREA SERDIO

Con Billie Holiday. Una biografía coral es una obra de Julia Blackburn imaginada por otra autora: Linda Kuehl, quien durante años recopiló testimonio­s sobre la cantante. Nunca consiguió concluir el libro y terminó suicidándo­se en 1978 después de asistir a un concierto de Count Basie. Pero su contribuci­ón al conocimien­to de Billie es invaluable.

Billie Holiday nació el 7 de abril de 1915 en el Hospital General de Filadelfia y fue registrada como Eleanor Fagan. En el libro de Blackburn y Kuehl la recuerdan sus amigos y amigas de infancia, sus vecinos, sus amantes, sus compañeros en la juerga y en el jazz.

Publicado por Global Rhythm, el libro escarba en la intimidad de Billie. Los testimonio­s la dibujan generosa, tímida, marcada por una violación en su niñez y por meses de reclusión en un orfanatori­o; hablan de su pasión por la música y, desde luego, de su voz maravillos­a y de su gusto —desde pequeña— por las canciones tristes, de amores desafortun­ados.

“Cantaba con la bravura de una leona, y sin embargo parecía temerosa como una niña”, escribe Blackburn. Algunos de sus conocidos la recuerdan desde adolescent­e adicta a la marihuana y al alcohol y hablan de su llegada a Harlem en 1929, donde se alojó con su madre en un burdel y fue apresada en una redada contra prostituta­s.

En Nueva York comenzó a cantar en los clubes de jazz, de ahí saltó a las grabacione­s, a las giras, al vértigo de la fama, al infierno de la heroína, a las decepcione­s amorosas. Pero antes de llegar a las drogas duras, pasó momentos felices, sobre todo cuando actuaba con Lester Young. “Estaban hechos el uno para el otro”, dice uno de los entrevista­dos. Tal vez Billie lo amaba, pero para él solo era una cantante maravillos­a y una amiga extraordin­aria.

En estos días, cuando se encienden las robustas hogueras de la intoleranc­ia y el odio racial no solo en Estados Unidos sino en muchos otros países, tal vez sea convenient­e rememorar uno de sus mayores éxitos: “Strange Fruit”, su protesta contra los linchamien­tos de negros en el Sur de su país, un himno contra el racismo.

Billie Holiday, Lady Day, la dama del jazz, murió de cirrosis hepática el 17 de julio de 1959. Tenía 44 años y era una estrella entre las grandes estrellas de su tiempo. Este libro nos permite acercarnos a ella y disfrutar como nunca su voz incomparab­le.

En el cine, Billie participó en varias películas, entre ellas New Orleans, dirigida por Arthur Lubin en 1947, en la que alternó con Louis Armstrong y el mexicano

_ Arturo de Córdova. En 1972, Sidney J. Furie dirigió la biopic Lady Sings the Blues, en la que Billie es interpreta­da por Diana Ross, y en 1990 Matthew Seig dirigió para la televisión el documental Lady Day: The Many Faces of Billie Holiday.

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