“El cambio no solamente es necesario en la vida, es la vida en sí misma” Alvin Toffler
a sucesión por la Gubernatura en Coahuila huele a cambio, tiene matices interesantes con relación a los dos candidatos partidistas punteros:
El PAN y PRI se disputan de manera cerrada una elección entre laguneros; los mismos que gobernaron el municipio más importante después de Saltillo (Torreón), con resultados palpables y medibles que son la herramienta indispensable para volcar en emociones a un electorado que, contempla en su imaginario colectivo alternancias (cambio), como en Durango, Veracruz, Nuevo León y Tamaulipas que parecían imposibles.
En las elecciones no hay mejor competencia que entre iguales. Guillermo Anaya y Miguel Riquelme son pares, ambos laguneros que apelan a la oriundez de su tierra, con trayectorias de servicio y ambos probados en la cosa pública. Sin embargo, quien carga con negativos insuperables es Miguel Riquelme pues pertenecer al PRI en estos días (con respeto de mis amigos priistas), estoy seguro no es motivo de orgullo y menos aún de presunción cuando a nivel federal, la ingobernabilidad es ignominiosa.
Estoy convencido que no hay nada más genuino para un político que aspirar gobernar con vocación de servicio. Nada más legítimo que construir gobierno y gobernanza desde la mísitca Weberina, que apunta con insistencia a que la vocación del político está en servir y no, servirse disfrutando de cuentas en las Islas Caimán o Mónaco.
La elección para renovar la Gubernatura está a la vuelta de la esquina. Huele a opción de cambio, renovación y a una gran coalición para sacar al PRI del poder. El PAN (si es que quiere gobernar), deberá acreditar en estos últimos días que son la mejor opción y darle de una vez por todas al PRI, el tiro de gracia por tener sumido a México en la peor corrupción de su historia.
Mientras tanto, desde ya deberá construir con otros actores una propuesta de coalición que fecunde el 4 de junio de forma coaligada. Las condiciones están, solo falta buscar con ahínco y pasión cambiar Coahuila. ¿Se podrá? ¡Espero que sí!