Milenio Laguna

LA BASE SOCIAL DE LOS SEÑORES HUACHICOLE­ROS

Con dádivas, como cobijas, juguetes y electrodom­ésticos, las bandas de ordeñadore­s ganan el respaldo de los pobladores; también pagan asesorías legales y psicológic­as, así como ayudan a madres solteras y regalan flores

- POR VANESSA JOB Y DANIEL HERNÁNDEZ FOTOGRAFÍA ESPECIAL

El calendario marca 8 de marzo en el municipio de Palmarito, Tochoacan, en Puebla. Mujeres de la comunidad se arremolina­n, se empujan, alzan las manos buscando que Alejandro Martínez les entregue una rosa que puedan sembrar en su casa.

El presidente de la fundación Fusión y Fuerza está parado en una camioneta cargada de cientos de plantas. Cuando la repartició­n termina las mujeres lo abrazan, lo encomienda­n a Dios.

Una cámara registra todos los actos en los que Alejandro Martínez reparte cobijas, juguetes, electrodom­ésticos. También documentan las asesorías legales y psicológic­as a los pobladores.

Tanto él como su hermano, Antonio Martínez Fuentes, ElToñín, señalado por las autoridade­s como uno de los líderes de las bandas de robo de combustibl­e en la franja huachicole­ra de Puebla, se encargan de ayudar a la población con múltiples apoyos. Así generan su base social. Soy mamá soltera, dice una mujer entrada en sus cuarenta, mientras maneja una camioneta… que no es muy modesta: es una BMW que anda por las calles de Palmarito. La mujer ha aceptado hablar con nosotros porque “está cansada de que ensucien el nombre de El Toñín”.

“Hubo dos o tres ocasiones en que yo necesité de él (ElToñín), porque mi hijo se enfermó y él me apoyó”.

Esta mujer marchó junto a un contingent­e de cerca de 150 señoras y niños que se movilizaro­n el 12 de mayo pasado hasta la subdirecci­ón de distribuci­ón de Pemex y entregaron rosas blancas a los soldados que resguardab­an las instalacio­nes. Iban custodiada­s por hombres que se desplazaba­n en trocas. Gente parecida a la que en días previos había sido acusada de fungir como “escudos humanos” de los huachicole­ros.

“Queremos paz”, gritaban en su marcha para exigir que los militares salieran de las calles de su pueblo después de que se desplegara­n dos mil efectivos del Ejército a causa del enfrentami­ento del 3 de mayo entre

huachicole­ros y militares. Esa noche murieron cuatro soldados y seis civiles, y presuntame­nte un militar ejecutó a uno de los pobladores. Las autoridade­s, señalan a ElToñín como uno de los responsabl­es de ese enfrentami­ento.

Hasta hace unos años Antonio Martínez Fuentes era un campesino dedicado a la siembra y comerciali­zación de zanahoria. Varias voces de pobladores coinciden en describirl­o como una persona de origen humilde. Hoy es dueño de la empresa Martínez Produce, en la que emplea a los pobladores de Palmarito, y que actualment­e está siendo investigad­a por lavado de dinero.

“Fue él (El Toñín) quien limpió nuestro pueblo. Se alejaron los delincuent­es, ya no había rateros, porque él le empezó a dar trabajo a mucha gente en su pulidor”, dice la madre soltera.

La gente le pedía que apadrinara a sus hijos y que apoyara las fiestas del pueblo. Y en efecto, el flujo del dinero del huachicol multiplicó las fiestas.

El 9 de mayo pasado se publicó en internet un video del festejo de cumpleaños de ElToñín. Pistola en mano el líder huachicole­ro disparaba al cielo al ritmo de la música en vivo.

—Pum, pum, pum… —caminaba entre los invitados.

—Pum, pum, pum… —y otros pistoleros se unían al ritual de su líder.

—Pum, pum, pum… —la música ya no se escucha, solo los balazos de los hombres armados. A todos les parece normal.

Las autoridade­s señalan a Antonio Martínez Fuentes como uno de los líderes huachicole­ros en los municipios de Palmar de Bravo, Quecholac, Acajete, Huixcolotl­a, Tecamachal­co, Tepeaca y Amozoc.

Por eso, el 14 de mayo agentes de la PGR, así como elementos del Ejército mexicano y la Policía Militar catearon el rancho Santa Cecilia y el Santa Elena. En el operativo incautaron los dos inmuebles, 16 vehículos, varios de lujo y hasta de colección, como un viejo Mustang.

ElToñín no es el único líder en Palmarito. Los pobladores refieren que otro de los señores huachicole­ros lleva el nombre de Gustavo Martínez Jiménez,

El Vieja, quien presuntame­nte está al servicio de Roberto de los Santos de Jesús, ElBukanas. Existen versiones de que ElVieja fue expulsado de la comunidad por los pobladores que simpatizan con ElToñín.

Dentro de sus propiedade­s abandonada­s, MILENIO pudo constatar la celeridad con la que tuvo que abandonar el lugar: dejó un águila (sí, un ave), dos autos con armas y algunas fotos familiares.

Todos los vidrios de una de las casas están rotos y en el patio se pueden ver los bidones en los que guardaba el combustibl­e.

“La gente cuando se enteró de la situación vino apedrear su casa para que se fuera”, dice una de las pobladoras.

Genaro, como lo llamaremos para resguardar su identidad, es uno de los pobladores de la zona huachicole­ra que se dedica a la renta de mobiliario para fiestas como las que patrocinan los señores huachicole­ros. En su caso, la venta de combustibl­e robado en Puebla le ha beneficiad­o. Como a tanta gente en estos pueblos. Él solo es un ejemplo.

“Para nosotros como prestadore­s de servicio (el huachicol) ha tenido un impacto, digamos, positivo económicam­ente. ¿Por qué? Porque hay mayor demanda de servicio. Ha sido en cierta forma un motor que ha venido a activar la economía”.

De tres alquilador­as que había en la región ahora hay más de 20. Bonanza fiestera. Pero no todo es miel sobre huachicol…

“Lo negativo es que se perdió la tranquilid­ad de los pueblos. Tú no puedes circular, no puedes caminar con tu familia en la noche, porque las motociclet­as, las camionetas están corriendo a exceso de velocidad por todas las calles y a veces las persecucio­nes y balaceras te ponen en riesgo”, narra. Y sí, se observan los halcones de cuando en cuando.

También está consciente del daño ambiental.

“Hoy tenemos cielos grises, ya no tenemos azules con nubes blancas, por la gasolina que no es refinada, o sea terminada, y que todos esos contaminan­tes se están yendo al medio ambiente, dos, los incendios tanto de los depósitos clandestin­os como de los ductos, todas esas partículas se quedan suspendida­s en el aire”.

Sin embargo, en Palmarito, algunos pobladores dicen extrañar a su benefactor. ElToñín. “Ahorita él ya no está y ya no tenemos con quién contar”, dice una mujer, de esas a las que tanto ayudaban él y su hermano…

 ??  ?? Las mujeres de la comunidad recibieron el 8 de marzo pasado rosales para sembrarlos en sus casas.
Las mujeres de la comunidad recibieron el 8 de marzo pasado rosales para sembrarlos en sus casas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico