Sin soborno no hay negocio: 8 de cada 10 empresarios
Encuesta Global sobre Fraude 2016 de Ernst& Young
El 82% de empresarios consultados en la Encuesta Global sobre Fraude 2016, elaborada por Ernst & Young, aseguró que el soborno y la corrupción son prácticas habituales para hacer negocios en México, mientras que 63% de encuestados por el Banco Mundial está de acuerdo o totalmente de acuerdo en que la corrupción es parte de la cultura de negocios en México.
Así lo señala el reporte “Descifrando la Corrupción”, elaborado por la organización civil Ethos, Laboratorio de Políticas Públicas, que fue presentado ayer en la sede del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), y el cual advierte que la situación es grave porque México depende de las Pequeñas y Medianas Empresas que generan 52% del producto interno bruto y 72% del empleo en el país. “La corrupción ha provocado un estancamiento en el nivel de emprendimiento de nuevos negocios en México”, afi rma la publicación.
El reporte cita también los re- sultados de la Enterprise Surveys 2010 del Banco Mundial, que arroja que además de 63% que consideran que la corrupción es parte de la cultura de negocios en México, 46% de los empresarios afi rmó ser testigo o haber incurrido en algún acto deshonesto. La Encuesta Global sobre Fraude 2016, de Ernst & Young, ubica a México en el sexto lugar mundial, solo por debajo de Brasil, donde 90% de los empresarios opinó lo mismo. De acuerdo con dicho ins- trumento, el promedio a escala mundial es que 39% de los empresarios de un país ubique al soborno como práctica común.
El reporte de Ethos explica que entre las principales condiciones que propician la corrupción entre empresarios es el excesivo número de trámites y las normas poco claras que los “obligan a encontrar soluciones rápidas para poder operar sus negocios”.
Asunto cotidiano
Jacqueline Peschard, presidenta del Comité de Participación Ciudadana y del Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), aseguró que la corrupción en México no es cultural, sino estructural.
También aseguró que los trámites excesivos propician la corrupción. “Son tan difíciles, con tantos recovecos, la cantidad de trámites que tiene uno que hacer para instalar un negocio, que es más fácil buscar a alguien que sea un intermediario, pagarle a un intermediario y bueno, estos son los costos, para los privados, de la corrupción. Realmente es algo que se ha convertido en no solo algo cotidiano, sino muy sistémico. Está establecido sobre formas de relación entre la sociedad y el Estado”, afi rmó.