Brad Pitt explica la guerra
ay grandes comedias acerca de la guerra ( M.A.S.H.). Hay grandes comedias acerca de tratar de hacer cine respecto a la guerra ( Tropic Thunder), pero lo que no habíamos visto es una sátira respecto a una guerra que no parece terminar, porque solo se va transformando en una y otra cosa. Y menos una que nos deja con una explicación bastante más razonable de las que hemos tenido antes, de por qué hay guerras que simplemente no pueden terminar. Aunque el presidente en turno prometa, diga y hasta quiera que así sea.
Y así la situación en Afganistán, donde llega un Brad Pitt interpretando a Glen McMahon (The Gleminator) en War Machine, y a quien ponen a cargo de todo el asunto. Particularmente de la delicada (imposible) labor de no hacer nada que acabe radicalizando contra Estados Unidos a los habitantes pacíficos de los lugares que han tomado, donde se entremezcla el enemigo.
Y eso, combinado con una personalidad extrema y una mercadotecnia propia de un personaje mediático de guerra en tiempos de cobertura continua, es una receta perfecta para explicarnos por qué de la guerra en lugar de la limitada y habitual visión del cómo se vive la misma.
A ratos el personaje de Pitt, basado (con muchas libertades creativas) en el General Stanley A. McChrystal, me recuerda a Michael Keaton en Beetlejuice, si éste fuera humano y en una situación peligrosa y contenida. Pero lo más fascinante es que este no es un retrato de bien y mal, horror y tragedia, risa y absurdo. Está, después de todo, basado en un libro que a su vez partió de un reportaje de la revista Rolling Stone, que tuvo acceso a todo lo que hacía el general durante la guerra en 2009. Lo que vuelve este asunto en algo muy interesante es la voz que nos cuenta la historia y por qué lo hace. No es un narrador objetivo. No es uno de los protagonistas. Es alguien que tiene la capacidad de cambiar la historia. Ya descubrirán la razón.
Esta es una cinta de Netflix. La primera con este calibre de producción y en conjunto de Plan B, la productora de Pitt. En Estados Unidos tendrá estreno comercial en suficientes cines por suficiente tiempo, solo para que esté disponible para competir por el Oscar, pero fue hecha para el streaming. ¿Qué si hubiera preferido que pudiéramos todos ver esto en la pantalla grande? Sí. Pero ese es el ejemplo más claro y contundente de un hubiera que no existe, porque no fueron los grandes estudios los que le tuvieron fe a esta comedia oscura y crítica del sistema; fue Netflix. Y nunca sabremos (a menos que algo cambie radicalmente) cuánta gente la vio exactamente. Si fue reina o no en taquilla. ¿Y saben que es maravilloso? Eso no importa tanto aquí. Es cuestión de prestigio y de oferta para Netflix. Eventualmente, de ahí sus suscriptores. En tiempos de tanto Marvel y DC, para mí los héroes serán los que aún se avienten a contar historias que nos dejen pensando, analizando, sintiendo y posiblemente mejorando.
¿En serio?
¿Los medios tenemos tanta maldita necesidad de molestar a alguien tan entrañable y encantador como Rogelio Guerra? ¿Ganamos algo molestando a su familia de esa manera?