Cinismo vs ingenuidad
Con el paso del tiempo la política en México se ha vuelto una institución al servicio de la clase dominante, pero solo para mantener el status, no para trasformar a la sociedad y generarle condiciones de prosperidad.
Es la política del espectáculo y del protocolo, de las reuniones en los Pinos, cerradas, con lista de invitados y con cuidado de que no aparezcan personas incómodas, donde lo único que cuenta es asistir y participar en su propia farsa. No son reuniones para resolver problemas o tomar decisiones. Son reuniones para simular que algo se hace, para capotear el temporal y para ejercer un “control de daños” sobre el último “problema” que afronta la sociedad, sea un crimen de alto impacto, sea el robo de combustible o el último video de algún político recibiendo dinero en efectivo para su campaña, o cualquier otro ilícito que se descubre y molesta a la sociedad.
El viejo régimen, incluidos todos los partidos, hasta hoy vivito y coleando, tiene puros círculos viciosos: simulación, corrupción e impunidad que son la norma, por ejemplo: 25 años de festejar la política contra la pobreza, con un gasto de un billón 564 mil millones de pesos. Resultados = cero.
Seguimos tan campantes con los mismos pobres de siempre. Son los intereses de ese caduco sistema que no quiere cambiar, ni desbaratar las redes de corrupción que lo sustentan.
¿A qué le tira el sistema político? ¿A seguir simulando, con todo el cinismo del mundo? ¿A qué le tiramos los ciudadanos? ¿A seguir practicando la ingenuidad y la complacencia? La gran pregunta es: ¿Quién Gana? Para el político es más fácil prometer mintiendo, sobre todo en campaña y para el ciudadano que le cree o no, pero recibe a cambio una dádiva, cemento, tinaco, da igual, paga su ingenuidad siendo víctima; y los que no creemos pero aún así no actuamos, pagamos nuestra apatía volviéndonos cínicos, como ellos. Solo damos la pelea a la hora del café.
No seamos ingenuos y votemos por quien creemos que es el mejor para lograr la prosperidad del estado o de la ciudad. No votemos para hacerle el juego a alguien. Ese alguien, nos puede estar engañando.