Espiritismo
El ser humano, desde siempre, ha intentado demostrar que hay otra vida después de la muerte. Y para demostrarlo, ha intentado comunicarse con los difuntos. Muchos creen que los fenómenos parapsicológicos y espiritismo son la prueba de la percepción extrasensorial. Sin embargo la telepatía con los muertos no deja de ser un fenómeno curioso y misterioso difícil de demostrar. De hecho, es muy fácil caer en la charlatanería de los médiums. Durante la existencia de la antigua Unión Soviética se establecieron programas de investigación relacionados con la “sugestión a distancia”. La Parapsicología sostiene la existencia de ondas elementales o energía psíquica capaz de comunicarse a distancia: Psicokinesis. En los programas rusos de investigación se habla de “bioenergía” o “biocomunicación”. No es nada fácil aprobar ni desechar tal hipótesis de biocomunicación con los muertos. El espiritismo es sumamente controvertido; donde se trata de hablar con los difuntos a través de médiums o personas especialmente dotadas para ello.
Los movimientos de una taza sobre la mesa, el golpeteo sobre la mesa, el encendido y apagado de luces o vientos inesperados son interpretados como mensajes de los fallecidos. Todo rodeado de una gran carga de autosugestión y deseo por entablar comunicación con el difunto. Lo espiritistas aseguran que los espíritus viajan del más allá y nos traen noticias. Otros críticos mencionan que solo se trata de un deseo exacerbado de salvación de los vivos y negación de la muerte o la nada. La creencia de un mundo donde habitan los muertos confiere seguridad y confianza a los vivos; reduce su ansiedad y angustia ante la muerte; y ofrece una esperanza de salvación.
Todo esto es parecido a las Experiencias Cercanas a la Muerte; donde los pacientes moribundos narran su viaje temporal al terreno de los muertos; aunque hay que señalar que la mayoría de estos moribundos “resucitados” estuvieron bajo los efectos de narcóticos y otras drogas potentes que bien pudieron actuar en el cerebro modificando su percepción de la realidad temporalmente. Algo similar a lo que sucede con los enfermos drogadictos – LSD por ejemplo- o durante el sueño en una pesadilla, y los pacientes esquizofrénicos que alucinan. Ninguno de estos ejemplos es una prueba de otro mundo o un “más allá”. En fin el misterio continúa, hoy en día está de moda también ver y hablar con los “ángeles” y recibir mensajes de ellos. Nuestro deseo imperioso de encontrar otra vida distinta a la nuestra nos puede llevar por múltiples senderos. Citaremos para terminar a Shakespeare: “Hay en el cielo y en la tierra más cosas de las que vuestra sabiduría escolar puede soñar”.