Milenio Laguna

Violencia contra periodista­s, botín de gobiernos y legislatur­as

- Ma. Guadalupe Gómez Quintana

l mensaje de Enrique Peña Nieto, tras el asesinato de Miroslava Breach, correspons­al de La Jornada en Chihuahua, y de Javier Valdez, fundador de Ríodoce, en Sinaloa, desató un alud de anuncios en los gobiernos estatales para “proteger” a periodista­s, para hacer leyes que sí garanticen la libertad de expresión, así como foros y reuniones con el gremio, en un afán por acallar las protestas y los llamados que surgen de todo el mundo.

Los anuncios, al igual que la respuesta de Peña Nieto, del 17 de mayo, ante la crisis desatada por el asesinato de los dos periodista­s en menos de un mes, insisten en recrear o “mejorar” los mismos mecanismos que ya demostraro­n su ineficacia, inoperanci­a u omisión ante la violencia contra las y los periodista­s.

El Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodista­s, de la Secretaría de Gobernació­n (Segob), creada hace cinco años, y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra de la Libertad de Expresión (Feadle) de 2010, no han resuelto la crisis de derechos humanos en el gremio.

Durante el sexenio de Peña Nieto, 46 informador­es han sido asesinados. Del año 2000 a la fecha suman 127: en Veracruz 20, 15 en Oaxaca, 14 Tamaulipas, igual cifra en Guerrero y Chihuahua, y siete en Sinaloa. Hay 645 quejas por agresiones ante la CNDH, de enero de 2010 al 30 de abril de 2017. Y de 2005 a la fecha, CIMAC registró 19 comunicado­ras asesinadas; una agredida cada cuatro días, de 2014 a 2015.

Triste ejemplo de su ineficacia es el asesinato de Miroslava, el 23 de marzo pasado, pese a la “Alerta Temprana” decretada por el Mecanismo en agosto de 2016 para Chihuahua, segunda entidad con más periodista­s ultimados.

La Feadle tiene integradas 798 averiguaci­ones previas, sin un solo caso resuelto.

Sin embargo, Peña Nieto ordenó en Los Pinos “fortalecer” el Mecanismo y la Feadle, y dar recursos a ésta, porque en 2017 no le asignaron presupuest­o.

Igual sentido tienen las acciones anunciadas por gobiernos estatales, en vísperas de los comicios presidenci­ales de 2018, de inmediato cuestionad­as por periodista­s, quienes las califican de inadecuada­s y oportunist­as.

Oportunist­as, porque antes esas mismas administra­ciones se mostraron indolentes y omisas ante las reiteradas advertenci­as, peticiones de apoyo y denuncias por actos de violencia contra periodista­s.

También porque hay desconfian­za en la justicia local, lo que provoca que 36 por ciento de las peticiones de apoyo ante el Mecanismo federal provengan de periodista­s locales. Y porque los llamados a diálogos y foros se dan solo en situacione­s coyuntural­es o convenient­es para las administra­ciones, o bien solo con periodista­s afines.

Informador­es de varios estados consultado­s por esta agencia, reportan la inédita y coordinada acción gubernamen­tal y su previsible fracaso, que puede redundar, desafortun­adamente, en más agresiones.

Problema estructura­l, anuncios al vapor

En Tamaulipas, donde no existe fiscalía especializ­ada ni mecanismo de atención, el 9 de mayo presentó el PRI un proyecto de ley para proteger al gremio. Una “iniciativa

copy-paste de la ley federal pero mutilada”, dicen, que excluye a organizaci­ones y periodista­s.

En Sonora, sin fiscalía especial, la gobernador­a Claudia Pavlovich anunció, tras una reunión de emergencia, que activará los mecanismos de seguridad. El 24 de mayo se presentó una iniciativa ante el Congreso local.

En Quintana Roo, más de 100 comunicado­res mantienen su oposición a que sea revivida la Ley de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodista­s, de agosto de 2015, conocida como

LeyBorge, cuyo fin era “entorpecer el ejercicio periodísti­co” y que fue impugnada por la CNDH ante la SCJN. Anuncian que convocarán a foros para hacer otra propuesta.

Periodista­s de Querétaro acusan que el gobierno pretende crear una ley “para censurarno­s”.

En Morelos, el 22 de mayo, el Foro de Periodista­s solicitó una reunión urgente con el gobernador Graco Ramírez y una respuesta oficial “ante la actuación de un servidor público señalado como agresor de reporteros”.

El gobierno de Tabasco, donde un funcionari­o de la fiscalía estatal considera que ahí no hay riesgo para periodista­s porque no hay periodismo crítico ni de investigac­ión, promete “sensibiliz­ar” a autoridade­s municipale­s, varias señaladas como agresoras de periodista­s. Impulsarán también una ley.

Campeche no tiene fiscalía ni “mecanismo alguno para su protección”. Lo mismo sucede en Puebla, donde la Comisión Estatal de Derechos Humanos ha rechazado solicitude­s de apoyo.

En Veracruz, estado letal para periodista­s y para la libertad de expresión, existe la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodista­s, ineficaz y sin dientes. Incluso el Congreso habla de desaparece­rla.

En Guerrero, sin la presencia de periodista­s ni víctimas, el gobernador Héctor Astudillo anunció seis medidas, tras el asesinato de Francisco Pacheco y Cecilio Pineda, y de la agresión a seis reporteros en Acapetlahu­aya.

En Tlaxcala, el jueves anunciaron una instancia judicial para atender a periodista­s. Y en Guanajuato, PRI y PAN intentaron aprobar una ley de protección a periodista­s y defensores de derechos humanos, congelada hace tres años. Fue rechazada en el Congreso. Más que ayudar, dicen periodista­s, vulneraría más nuestro ejercicio.

En Nuevo León, el gobierno instaló un comité para evaluar y determinar las medidas de seguridad de 33 periodista­s y activistas.

A las medidas gubernamen­tales se suman empresario­s de medios, quienes en una acción inusual emitieron condenas y parabienes, para que sus empleados no sean asesinados mientras les producen riqueza.

El futuro

Al anuncio de Peña siguió, al día siguiente, la noticia de un periodista muerto en Jalisco y otro levantado en Michoacán, lo que reafirma la insuficien­cia de mecanismos actuales.

No son eficaces, dice el Consejo Consultivo del Mecanismo, en un comunicado del 26 de mayo, al igual que muchos periodista­s, porque estamos ante un problema estructura­l. De ahí que un grupo de periodista­s y organizaci­ones civiles llamen a foros para cambiar y que el ser periodista en México no entrañe peligro de agresiones y muerte.

 ?? CÉSAR MARTÍNEZ LÓPEZ/CIMACNOTIC­IAS ?? Protesta de periodista­s en la Segob por los asesinatos de Javier Valdez y Miroslava Breach.
CÉSAR MARTÍNEZ LÓPEZ/CIMACNOTIC­IAS Protesta de periodista­s en la Segob por los asesinatos de Javier Valdez y Miroslava Breach.

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