“Esta vez logramos más: dimos un paso adelante, establecimos un gran dinamismo”
que heredó muchas cosas de todos los directores italianos. Me gustaría compartir con los jóvenes todo este cúmulo de experiencias. Es obligación de uno regresar eso que la vida te da”.
El ganador del Premio Sinaloa de las Artes, entre otros reconocimientos, considera que “la crítica es la piedrita en el zapato del músico. Yo quisiera que fuera objetiva. Que si te van a criticar dijeran cómo hacerlo mejor y no que nada más dijeran que no sirve lo que hiciste. Hay críticos que sí saben, pero la mayoría nada más destrozan y eso está mal. Debieran ser más propositivos para motivar al público, aunque en esta ocasión no hizo falta porque se acabaron los boletos hace tres semanas. La reacción del público fue increíble: al final aullaba, aplaudía de pie... A final de cuentas uno trabaja para el público, para tu integridad artística”.
A Enrique Patrón de Rueda le preocupa más el futuro de la ópera, pues en México sobra talento vocal pero las posibilidades de trabajo son reducidas. “Todos ellos tienen puesta su vista en irse a vivir fuera de México. Triunfan y luego regresan esporádicamente. Ojalá nuestro secretario de Educación viera la ópera que tenemos para que, a su vez, pida más recursos para que haya más actividades en provincia. Ojalá que nuestro Presidente fuera a la ópera. Nuestros políticos no se paran en la ópera, eso es una tristeza. Tenemos una ópera digna”.