Menor crecimiento, prevé Banco Mundial en México
l Banco Mundial redujo su expectativas de crecimiento económico para México en 2018, mientras para 2017 las mantuvo sin cambio, debido principalmente a la contracción de las inversiones derivada de la incertidumbre en torno a la política económica de Estados Unidos; además, entre los factores de riesgos destacó las elecciones presidenciales del próximo año.
De acuerdo con el reporte “Perspectivas económicas mundiales: una recuperación frágil”, México crecerá en 2018 a una tasa de 2.2 por ciento, por debajo de la previsión de enero, de 2.5 por ciento; para 2017 el crecimiento será “moderado, de 1.8 por ciento”.
El Banco Mundial señaló que si bien la región de América Latina y el Caribe parece haber alcanzado un nivel de crecimiento estable en 2017, la recuperación es dispar, pues en las economías más grandes los datos recientes sobre producción industrial y los índices de gestores de compras han mejorado, al tiempo que los volúmenes de exportaciones de la región han aumentado en consonancia con la reciente recuperación del comercio internacional.
Sin embargo, detalla el organismo internacional, los riesgos para las perspectivas de la región siguen apuntando a la desaceleración y se derivan principalmente de la incertidumbre política y normativa en los distintos países, las posibles modificaciones en las políticas de Estados Unidos, el cambio brusco en las condiciones de financiamiento mundiales, la reducción mayor a la prevista del precio de los productos básicos y el creciente impacto de los desastres naturales.
El Banco Mundial destacó que el crecimiento en las siete principales economías de mercados emergentes se incrementará y para 2018 superará su promedio de largo plazo, y que esta recuperación de la actividad deberá provocar efectos positivos significativos en el crecimiento de otras economías emergentes y en desarrollo, y en el mundo en general.
Por otra parte, un análisis del Banco de México, revela que la incertidumbre por el entorno externo y el deterioro en las perspectivas económicas han afectado la confianza de los empresarios, lo que se ha traducido en una debilidad del la inversión privada, y esto aunado al aumento en el costo del capital y a la tendencia descendiente de la inversión pública representan riesgos para el crecimiento, pues el desempeño que ha tenido el consumo interno puede no ser sostenible en el mediano plazo.