Confirman en Templo Mayor sitio consagrado a Ehécatl
La secretaria de Cultura y el vocero de Presidencia destacan nuevo “acercamiento al esplendor y la riqueza” de Tenochtitlán
En 2009 el Programa de Arqueología Urbana (PAU) que labora en el Templo Mayor descubrió en el número 16 de la calle de Guatemala un edificio y un juego de pelota. Ayer, tras siete años de trabajos, el equipo arqueológico del INAH confi rmó que los restos descubiertos y desenterrados parcialmente pertenecen al templo consagrado al dios del viento Ehécatl Quetzalcóatl, y se ofreció un recorrido por esos vestigios, sobre los cuales se construirá una ampliación del hotel Catedral.
Asimismo, Eduardo Matos Moctezuma mostró por primera vez parte de los trabajos que se realizan en el tzompantli, plataforma de apenas 45 centímetros de altura realizada entre 1486 y 1502, donde eran colocados los cráneos de los enemigos sacrificados por los mexicas, descubierta por los expertos en 2015, en Guatemala 24.
La Secretaría de Cultura y la Presidencia de la República montaron un operativo para poder mostrar los basamentos arqueológicos de Guatemala 16. Una vez descubier- tos estos vestigios prehispánicos fueron consolidados, de acuerdo con un video proyectado ante la presencia de Eduardo Sánchez Hernández, coordinador general de Comunicación Social del gobierno de Enrique Peña Nieto.
En el auditorio Eduardo Matos Moctezuma del Museo del Templo Mayor, donde se realizó la conferencia de prensa para hablar de “un hallazgo relevante”, el vocero presidencial dijo que México ha sido cuna de grandes antropólogos y arqueólogos, cuya labor ha puesto a nuestro alcance descubrimientos que permiten conocer el esplendor de nuestro pasado.
“La administración del presidente Peña Nieto ha puesto especial atención en los programas destinados a fomentar la exploración y rescate de sitios arqueológicos, tal y como está plasmado en el Plan Nacional de Desarrollo. Una de estas acciones es el PAU del Museo del Templo Mayor, que desde hace cuatro décadas nos ha abierto las puertas a la riqueza del mundo prehispánico asentado en la gran Tenochtitlán”, subrayó.
Sobre la relevancia del hallazgo del juego de pelota y el templo consagrado al dios de viento —estructura rectangular de 34 a 36 m de longitud que tiene adosados dos cuerpos circulares, el mayor de 18 m de diámetro—, María Cristina García Cepeda, titular de Cultura, dijo que “es un nuevo acercamiento al esplendor de la ciudad prehispánica de Tenochtitlán, gracias al trabajo de los investigadores del INAH y su compromiso por salvaguardar el patrimonio arqueológico del país”.
Raúl Barrera Rodríguez, quien está al frente del PAU, explicó que el INAH autorizó a los propietarios del terreno el proyecto de construcción de parte del hotel Catedral, que contempla un museo de sitio para que se muestren los vestigios ahí descubiertos, y se espera que sea muy similar al que se realizó en el Centro Cultural España a raíz del descubrimiento del Calmécac.
Sánchez subrayó que el gobierno de Peña “continuará sus esfuerzos para difundir el patrimonio cultural del país, con el fin de acercar a más mexicanos a los 60 centros históricos, 20 mil monumentos, 40 mil sitios arqueológicos y 65 mil obras artísticas que podemos disfrutar en todo el país. Con el hallazgo de Ehécatl se recupera parte de un pasado que nos enorgullece”.
Sobre la fecha de promulgación de la Ley General de Cultura y Derechos Culturales, el vocero de la Presidencia respondió: “No podríamos anticipar en este momento; en cuanto se tenga, lo haremos saber”.
Proyecto de edificación
Francisco Santoveña, el copropietario del terreno donde localizaron el Templo de Ehécatl y el juego de pelota, dice que aquí se ubicaba una vecindad que terminó colapsada. Fue entonces que hace 12 años empezaron a trabajar en este predio con la idea de ampliar el hotel Catedral hacia Guatemala, para lo cual informaron al INAH. Pero jamás se imaginaron que debajo de este piso los especialistas del INAH harían este gran hallazgo.
Con el reconocimiento de la importancia de la preservación de estos vestigios, señaló que ya se entregó al INAH el proyecto de edificación del hotel, el cual tendrá una forma de “L” para que desde lo alto del inmueble se puedan apreciar los basamentos. Según la propuesta del arquitecto Antonio Farré, se construirán unas 80 habitaciones en siete pisos. “En el proyecto tenemos prevista una puerta privada de ingreso a lo que será la zona arqueológica. Contemplamos terminar toda las obras en unos dos años”, subrayó.
El arquitecto Emilio Nava, explicó que para poder construir el hotel “se hará un anillo de concreto que llegará a 8 metros de profundidad en los perímetros, y se ‘puenteará’ el terreno con la fi nalidad de que quede libre y se pueda desplantar el proyecto arquitectónico”.