“A la rorro niño…”
Ríos de personas fluían por las calles de Torreón, Saltillo y Monclova para refrendar el grito: “No al fraude electoral”.
Desde las alturas, Antonio Sola, el Maestro de la Guerra Sucia, contratado por Guillermo Anaya, sonreía complacido. “Dimos en el clavo. Tenemos al puro bastión panista, clases medias y altas, comiendo de la palma de nuestras manos”, reflexionó.
“Diseñé una estrategia que funcionó a la perfección. Empezamos por minar la credibilidad del IEC desde antes de la campaña. Teníamos que vincularlo con el PRI y el Gobierno para hacerle perder su autoridad como árbitro del proceso electoral. Sobre todo, si Memo fuera derrotado.
“1.- Relacionamos a 2 Consejeros con el priismo. E insinuamos que Gabriela de León era simpatizante del tricolor.
“2.-Magnificamos sus errores y los multiplicamos a través de redes sociales. Entre el hartazgo y descontento del coahuilense, era crucial construir una percepción negativa del IEC. Entramos en sus mentes cual cuchillo en mantequilla.
“3.- Amartillamos al IEC durante las campañas y el día de la elección; para ello, utilizamos todas las anomalías comunes a la democracia mexicana: transporte ilegal de urnas, violencia, retraso en abrir casillas, mala capacitación de representantes, tardanza en dar nombramientos, etc. Hasta “fabricamos hechos” para presentarlos como priistas.
“4.-Agradecemos al IEC no haber emitido el PREP en su momento. La incertidumbre que generó fue oro molido. Nosotros sabíamos que Memo había perdido, pero aprovechamos el vacío creado por el IEC para detonar en redes sociales su “parcialidad por Riquelme”. Y resultó.
“5.- Manipulamos lo sucedido para inflamar los ánimos de clases medias y altas panistas, y organizamos marchas en distintas ciudades de Coahuila contra el fraude electoral gestado por el IEC en colusión con el PRI y el Gobierno del Estado. Un exitazo.
“6.- Con un IEC debilitado y falto de credibilidad, negamos su arbitraje, judicializamos los resultados y exigiremos anular las elecciones. ¡Cojonudo!”
“A la rorro niño, a la rorro ya…”. Sola mece la cuna.