La primavera coahuilense
El proceso electoral de hace unos días en Coahuila dejó un sabor amargo en la mayoría de los votantes. Sin importar las preferencias partidistas, las inconsistencias en el proceso y en el conteo son totalmente inaceptables. Lo interesante es que en esta ocasión la oposición pasó del descontento en redes sociales a la acción y que segmentos que normalmente no se movilizan por motivos políticos, decidieron salir a la calle.
Las críticas de la población se han dirigido sobre todo al PRI y al Instituto Electoral de Coahuila. En el caso del Partido Revolucionario Institucional, es importante entender que el hartazgo se ha ido acumulando durante los últimos años. Manchas imborrables como la mega-deuda del estado, el mal manejo de la situación de seguridad, además de errores graves a nivel federal como el escándalo de la casa blanca, la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, los gasolinazos y los despilfarros indignantes de la que quizás sea la generación de gobernadores más corrupta de la historia del país, han colmado la paciencia de los ciudadanos.
Por otro lado, dudar de la legitimidad del proceso y del accionar del IEC es delicado. Si bien, hubo un manejo tibio y el nerviosismo de las autoridades electorales se apreció desde un principio, es difícil juzgar una elección con pruebas endebles. La ciudadanía está polarizada y esto solo se puede resolver con un proceso transparente y un árbitro imparcial. Lo más cercano a esto es justamente el Instituto Electoral, dudar públicamente del mismo nos remite al 2006. En aquel entonces, muchos de los que ahora han salido a protestar, marchaban en el sentido contrario.
Ahora mismo hay muchas dudas en el aire y eso no es del todo negativo. ¿Se repetirá el proceso? ¿Se declarará a un ganador después del voto por voto? ¿La elección irá a tribunales? Pase lo que pase, esta jornada electoral tocó fibras muy sensibles y despertó a muchos ciudadanos. El porcentaje de participación en los comicios fue alto, las protestas han sido pacíficas y el debate público ha sido intenso, todo esto es esperanzador. Esperemos que la flama siga encendida hasta el 2018. ¿Será que Coahuila, gracias a sus ciudadanos, le está demostrando al país la necesidad de las segundas vueltas?