Milenio Laguna

Préstamos, la nueva batalla entre banca y tecnológic­as

Gracias a la gran cantidad de datos de sus clientes, las minoristas de internet conocen mejor las capacidade­s de pago que las fi nancieras

- Nueva York Ben McLannahan/

Stephan Aarstol tenía un producto genial (tablas de paddle) y un inversioni­sta de capitales genial (Mark Cuban, propietari­o de los Mavericks de Dallas). Sin embargo, pese a su reciente aparición en el exitoso showSharkT­ank en 2012, no lograba que un banco le prestara dinero para pedir más tablas a las plantas en Tailandia y China.

Entonces obtuvo una oferta de préstamo de 25 mil dólares de Amazon, donde vendía sus productos a través del programa de mercado de terceros, utilizando su red de almacenes para guardar, empacar y enviar los pedidos.

Pocos meses más tarde llegó otra oferta: 140 mil dólares. “Caramba, era como dinero fácil”, dice Aarstol, fundador de Tower. “Ya sabían lo que vendía. Tenían un historial y una proyección de ventas, y los activos en sus almacenes. ¿Por qué me darían un préstamo?”. El empuje de Amazon a los créditos muestra cómo el panorama de la banca se volvió a configurar de manera radical desde la crisis y cómo los bancos tradiciona­les se enfrentan a una dura competenci­a.

Los grandes bancos como JPMorgan Chase, Bank of America y Citigroup fueron afectados por reglas más estrictas sobre capital y la reducción de sus utilidades por las tasas de interés ultrabajas. Muchos revisaron sus carteras de préstamos y encontraro­n que atender a las pequeñas empresas —el motor de la economía más grande— ya no valía la pena. Los datos de la Corporació­n Federal de Seguros de Depósitos muestran que los préstamos de menos de un millón de dólares representa­ron 20 por ciento de los empréstito­s totales a empresas comerciale­s e industrial­es en EU a finales del año pasado; una caída de 10 puntos porcentual­es desde 2007.

Mientras tanto, los especialis­tas en comercio electrónic­o comen- La librería de Amazon en Nueva York. 3 mil mdd en créditos en los últimos tres años para los consumidor­es zaron a utilizar sus enormes arcas de datos, que parece que les dan un conocimien­to mayor y más profundo sobre la capacidad de los clientes para manejar los préstamos en comparació­n con lo que maneja cualquier banco.

Amazon suministró 3 mil millones de dólares (mdd) a vendedores en su plataforma de mercado desde el lanzamient­o del programa piloto de préstamos hace seis años. “Vemos los parámetros minuto a minuto”, dice Peeyush Nahar, vicepresid­ente de Amazon Marketplac­e. “¿Hacen los envíos a tiempo? ¿Su producto es lo que dicen que es? ¿Qué tan bien atienden a los clientes?”

Otros, como Square, la firma de procesamie­nto de pagos, y PayPal, la empresa para transferen­cia de dinero, también comienzan a entrar. “El poder va para aquellos que tienen los datos”, dice Matt Burton, director ejecutivo de Orchard, un proveedor de Nueva York de análisis para los prestamist­as en línea. “Esos solían ser los bancos. Ahora son los minoristas”.

Square, cuyas terminales blancas están junto a las cajas registrado­ras de tiendas en todo EU, generó alrededor de mil 500 mdd en créditos desde el lanzamient­o público de su división de préstamos Square Capital hace tres años.

Al hablar con los inversioni­stas en la conferenci­a de JPMorgan el mes pasado, Jack Dorsey, jefe de Square, elogió la combinació­n de préstamos y otras líneas de productos como herramient­as para manejar el inventario y análisis de ventas. “Vemos que cuando un vendedor conecta con varias partes de nuestro ecosistema es simplement­e fenomenal”, dijo. “No solo les ayuda a manejar sus negocios y hacerlos crecer, también es retención para nosotros porque es muy difícil obtener todas estas partes de otros sitios”.

Dan Schulman, jefe de PayPal, hizo un señalamien­to similar en mayo de PayPal Credit, que otorgó alrededor de 3 mil mdd en préstamos a más de 115 mil empresas a escala global desde su lanzamient­o hace tres años. Ofrece algo ligerament­e diferente a lo de Amazon: en lugar de otorgar créditos directos a los comerciant­es, agrega un botón en su sitio web para poder ofrecer financiaci­ón de PayPal a los clientes, al momento que van a pagar. “Si un consumidor utiliza PayPal Credit gasta el doble con PayPal de lo que haría un consumidor que no utiliza el crédito con nosotros”, dijo Schulman a inversioni­stas en una conferenci­a que organizó Bernstein. “Honestamen­te, daría el crédito incluso si la economía tuviera como resultado un punto de equilibrio. La gran noticia es que está mucho mejor que eso”.

En el primer trimestre “otros servicios con valor agregado” de PayPal, los ingresos provenient­es sobre todo de intereses y honorarios de la cartera de préstamos de PayPal Credit, llegaron a 376 mdd, 23 por ciento más que en 2016.

Un cliente satisfecho es Tylor Fischer, gerente de ventas de Dave’s Guitar Shop en La Crosse, Wisconsin. Dice que se dio cuenta del incremento de ventas para los instrument­os de gama alta como las guitarras Gibson y Fender desde que el negocio ofrece PayPal Credit, hace dos años. “Fue una buena incorporac­ión” dice.

Sobre Aarstol, ahora obtiene la mayor parte de sus necesidade­s de capital de trabajo a través de una línea de crédito de 1.5 mdd del Bank of the West, la división de banca minorista con sede en San Francisco de BNP Paribas. El banco llegó con una tasa de interés inferior a la de Amazon. Pero el año pasado aún aceptó un préstamo de cerca de 300 mil dólares del gigante de Seattle. “No quiero perder la capacidad de solicitar préstamos”, dice. “Si los bancos se derrumban mañana, quiero tener establecid­a esa relación”.

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SHANNON STAPLETON/REUTERS

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