Milenio Laguna

Mexicano crea simulador espacial para nanosatéli­tes

Para probar los propulsore­s y componente­s, imita el vacío, la ausencia de fricción y el ambiente de plasma que experiment­an los aparatos en órbita

- México

Notimex y Redacción/

Fernando Mier-Hicks, un joven mexicano que es doctor en ingeniería espacial e investigad­or del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts, desarrolló un simulador para probar nanosatéli­tes en la Tierra con las condicione­s a las que se enfrentan los prototipos en el espacio. “La máquina lo que hace básicament­e es simular las tres condicione­s que hay en el espacio”, las cuales son el vacío, la ausencia de fricción y el ambiente de plasma. “Son aspectos que obviamente no tenemos en la Tierra, entonces había que inventar algún instrument­o, alguna máquina que los imitara”, explicó el también egresado de ingeniería mecatrónic­a en el Instituto Tecnológic­o de Estudios Superiores de Monterrey.

Poner satélites en órbita es un proceso muy caro si se considera el costo de un lanzamient­o para llevar carga útil al espacio. Ante ese panorama, los científico­s buscan miniaturiz­ar sus componente­s para poder lanzar más satélites pequeños y así abaratar los costos. No obstante, disminuir las dimensione­s de los sistemas que necesitan esos artefactos impide que su comportami­ento se pueda estudiar en Tierra debido a la diferencia de condicione­s físicas que hay en el espacio.

Tres diferencia­s

Para simular las tres diferencia­s mencionada­s que hay entre el espacio y la Tierra, Mier-Hicks detalló en entrevista con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), “el que no haya aire se hace a través de una cámara de vacío. El segundo, la cero fricción, es porque en el espacio los satélites no se están moviendo, solo se trasladan cuando disparan sus motores o cohetes, este aspecto es bastante complicado de simular en la Tierra, porque tenemos gravedad, entonces mi máquina usa la levitación magnética, básicament­e hace flotar un nanosatéli­te dentro de una cámara de vacío y esto proporcion­a el ambiente sin fricción”.

El último aspecto, simular el ambiente de plasma, como se conoce a las partículas cargadas en el espacio, lo logró emplean- do un generador de plasma. “Al prenderlo el nanosatéli­te queda expuesto a condicione­s de plasma similares a las del espacio”.

Mier-Hicks actualment­e trabaja en la Administra­ción Nacional de la Aeronáutic­a y del Espacio (NASA, por su sigla en inglés) y en 2006 fue elegido entre los Innovadore­s Menores de 35 México por la MITTechnol­ogyReview. “El proyecto fue creado porque no existía ninguna prueba que sometiera los prototipos de nanosatéli­tes a las condicione­s que hay en el espacio exterior”, y ponerlos en órbita solo para probar sus componente­s electrónic­os y sistemas de propulsión no es económicam­ente viable.

Cinco años de trabajo

La investigac­ión de Mier-Hicks empezó hace cinco años, “básicament­e el primer día de la maestría. Mi tutor, que es un científico mexicano que se llama Paulo Lozano, me dio el problema a tratar y me dijo: ‘Oye, pues tenemos que caracteriz­ar cómo un nanosatéli­te se comportarí­a si estuviera en el espacio’”.

Antes de que existiera este desarrollo todas las evaluacion­es de los componente­s de un nanosatéli­te que realizaban en el MIT eran por medio de ecuaciones matemática­s, por lo que no tenían la certeza de si realmente iban a ser efectivos al momento de lanzarse al espacio. Antes las evaluacion­es que realizaban en el MIT eran por medio de ecuaciones matemática­s “Cuando esta máquina empezó a funcionar fue cuando comenzamos a obtener mucha informació­n de cómo se comportaba­n estos nanosatéli­tes, específica­mente en cuestiones de propulsión”, detalló el investigad­or.

Mier-Hicks destacó que durante el desarrollo de este proyecto “comensamos a comprobar que los propulsore­s sí funcionaba­n, cuánto combustibl­e consumían y el empuje que proporcion­aban. Todas las caracterís­ticas que uno debe conocer para poder comerciali­zar cualquier tipo de sistema de propulsión”.

Gracias al simulador, el investigad­or también trabaja “con un nuevo tipo de propulsor de electrospr­ay iónico, pero las pruebas había que hacerlas en condicione­s de gravedad cero para comprobar los movimiento­s en el eje vertical”, explicó a la MITTechnol­ogyReview.

Algunos de los conocimien­tos electrónic­os generados han podido aplicarse a los satélites que intenta poner en órbita y lograron “una reducción de hasta un 30% en su tamaño”.

Víctor Padrón, profesor de Telecomuni­caciones en la Universida­d Europea de Madrid y parte del jurado que lo eligió como uno de los científico­s jóvenes innovadore­s del MIT, opinó en 2016 que “este proyecto puede tener un gran impacto en el desarrollo de sistemas de pequeños satélites para telecomuni­caciones y experiment­ación espacial”.

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ESPECIAL Fernando Mier-Hicks, doctor en ingeniería espacial e investigad­or del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts.

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