Moska en la azotea
Tengo amigos que odian a los perros. Allá ellos. Por mi parte, nunca pensé que podría querer a un perro como se quiere a una persona, o más. Sí, hablo de la Moska, que en ruso quiere decir perro. Así le inventé a una española metiche que incluso se quería meter con el nombre de la perra: joder, yo no sabía que moska quería decir perro en ruso. Así las cosas de la traducción, le dije y me la quité de encima para siempre.
Usted lo sabe: se trata de una pastor belga malinés de máscara negra. Sabe muchas cosas la Moska, pero no podría opinar de la elección del Estado de México; de hecho, le importa madre la elección y eso me simpatiza; le importan las pelotas (sin albur), los huesos, las servilletas de papel, cosas mucho más importantes que un discurso del candidato Del Mazo Maza.
La Moska ve fantasmas. No es una broma. Los ve en la azotea de la casa de Cosalá. Si sube a la azotea, sufre un trastorno, enloquece como si tuviera que enfrentar a un rival indomable. Yo sé quién es el adversario:
Lucas, el perro bóxer que vivió 11 años en la casa donde crecieron mis hijos. Gran perro Lucas, pero no tan querido y cuidado como Moska. Con él combate en las tinieblas, se enfrenta en una batalla desigual porque Lucas desapareció y regresa entre las brumas a decirnos algo mientras que Moska habita el modesto mundo de los vivos.
Mientras paseo a la Moska por el parque España, el parque de mis antepasados, me pregunto si no nos pasa igual a todos, si nuestra vida no se trata precisamente de una azotea a la cual subimos para enfrentarnos con un fantasma que desconocemos. No le ladramos porque no podemos, pero nos lleva la vida saber quién es ese espectro y por qué nos sigue y qué mensaje quiere transmitirnos. Es probable que lo descubramos al final de la noche, cuando nosotros mismos nos convirtamos en otro fantasma que buscará entregar su mensaje acá en este barrio, el valle de lágrimas del que hablaba mi papá. Todo esto viene a cuento porque la Moska es una gran perra, sabe palabras, reconoce situaciones y busca al fantasma de Lucas en la azotea.