Lo que ven los ciudadanos
S on muchas las quejas que constantemente llegan, quejas de esos ciudadanos que todos los días realizan diferentes recorridos por el área conurbada.
Algo que es muy recurrente es la molestia contra los policías de Fuerza Coahuila, a quienes realmente la gente no quiere, los señala de prepotentes, patanes, abusivos y demás, por lo que realmente cuando los ven venir, prefieren esconderse para no tener contacto con ellos.
Se sabe que el poder que les dan sus armas, uniformes y el nombre de Fuerza Coahuila, los hace prepotentes, por lo que su trabajo en lugar de hacerlo con respeto, lo hacen a gritos, intimidando a los que se encuentran a su paso. Lo malo es que todo indica que no hay nadie que les pare el alto, parece que no tienen jefes, que se dirigen solos y es que a pesar de las denuncias ciudadanas en contra de Fuerza Coahuila, nadie las toma en cuenta.
Además, no se sabe realmente la labor de los de Fuerza Coahuila, de Fuerza Metropolitana, ya que la violencia continúa, los asaltos están a la orden del día, lo mismo que los robos de ve- hículos y a casas habitación, los cuales son el pan nuestro de cada día. Pero en fin, esa no es la única queja, también están en contra de algunos agentes de Vialidad, quienes siguen a la caza de automovilistas, en lo que se dicen que o son actos recaudatorios o bien, son actos para engordar sus carteras.
Las mismas quejas están contra los cuatro agentes que se encuentran en La Alameda a la altura del Issste, quienes en lugar de agilizar el tráfico, se la pasan platicando.
También se pueden ver a los patrulleros como andan en busca de “víctimas”, ya que saben que detener automovilistas con algún cuarto fundido o con un permiso o por cualquier detalle, es un negocio lucrativo en el cual todo es ganar ganar.
Todos los días vemos como estos agentes de Tránsito no respetan el reglamento, van hablando por celular, se pasan la luz roja de los semáforos, dan vuelta en lugares prohibidos y mucho menos detienen a los elementos de otras corporaciones que cometen faltas de tránsito. Así se las gastan las autoridades y es que saben que nadie les dirá nada.