UNA FIESTA A OTORI
Al ministro japonés Otori le mandaron llamar de su casa, y pues se tenía que ir. Pero ya se sabe como son los mexicanos y no lo dejaron irse sin hacerle un festejo en Chapultepec.
Al ministro japonés Otori le mandaron llamar de su casa, y pues se tenía que ir. Pero ya se sabe como son los mexicanos y no lo dejaron irse sin hacerle un festejo en Chapultepec.