Milenio Laguna

Del Valle y Botín deben estar negociando 25% de BX+

- BÁRBARA ANDERSON barbara.anderson@milenio.com Twitter: @ba_ anderson

De lo perdido, lo que aparezca. Ese sería el mantra que motiva a los dueños de BX+, el banco mexicano que por efecto carambola pertenece, en casi una cuarta parte a Banco Santander, el nuevo dueño del Banco Popular Español (BPE).

Y es que ante la absorción del BPE por parte de Santander (a solo un euro), el grupo de Ana Botín se quedó también con 24.99 por ciento de las acciones de Bx+ que tenía el Popular.

En España y México, Bx+ jura y perjura que “ni su operativid­ad ni su solidez se verán afectadas en esta operación”, y como me dijo Tomás Ehrenberg, director general de BX+, BPE es “un accionista más” que no toma parte de los procesos de decisión del banco.

Esto, a pesar de que la inversión que hizo BPE en 2014 (mil 700 mdp) les dejó con dos asientos en el Consejo de Administra­ción en México (Francisco Aparicio y Jorge Rossell).

Así, pese a la entrada de Santander, para BX+ “nuestro accionista es BPE, entidad que aún existe (…) Nada ha cambiado, salvo que los accionista­s de BPE son otros”, repite Ehrenberg ante mi insistenci­a de “¿en serio que no pasa nada?”.

En España, fuentes del regulador financiero dicen que la pelota está en la cancha de Santander y para ellos no hay problema si este grupo revende esa participac­ión en BX+ a los socios mexicanos o si se quedan con ella.

En México, aunque la CNBV tendría que dar su visto bueno, no tendría oposición desde el punto de vista de competenci­a porque Santander opera 15.78 por ciento del mercado bancario y BX+ solo 0.6 por ciento.

En este sentido, la opción para Antonio del Valle, su familia y sus socios sería de plano no pelear los 550 millones de euros que invirtió en el BPE y que pueden dejar en pérdida, pues Santander anunció que no reembolsar­á nada. Entre los socios locales (y consejeros propietari­os) están los hermanos Carlos y Jaime Ruiz Sacristán, Eugenio S. Clariond, Juan Domingo Beckmann o José Antonio Tricio.

Como quiera, dicen desde el banco mexicano, la debacle del banco español con un cuarto de su capital no cambia el plan trazado desde 2014, cuando le abrieron las puertas.

Ahora a los Del Valle les quedaría superar la acusación de un grupo de inversioni­stas del BPE de que “conspiraro­n para apostar en contra de la acción del banco con el fin de hacerse del control a bajo precio”. Si bien muchos creen que dicha acusación carece de fundamento­s, enfrentarl­a le servirá a BX+ para salir bien librado, Santander se deshaga de un activo no estratégic­o, y que los Del Valle digan que sus pérdidas en España fueron parte de una tormenta financiera que enfrentó el BPE y no de malas decisiones en el exterior.

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