El CEO de Mitsubishi enfrenta la inconformidad de los accionistas
Kana Inagaki/ Carlos Ghosn, presidente de Mitsubishi Motors, estuvo bajo la presión de los accionista para explicar su elección del director ejecutivo para manejar al grupo automotriz, afectado por el escándalo después de que dos consejos consultivos de inversionistas claves rechazaron su elección.
Las firmas de asesoría ISS y Glass Lewis recomendaron a los accionistas oponerse a la reelección de Osamu Masuko —un empleado de toda la vida de Mitsubishi Group, quien se convirtió en presidente de la automotriz en 2005— por no evitar el escándalo por el engaño de economía de combustible que sacudió a la compañía el año pasado. En su reunión anual el viernes, varios accionistas pidieron la renuncia inmediata de Masuko.
Ghosn, quien encabeza la alianza Nissan-Renault, le pidió a Masuko que ocupara de nuevo el puesto más alto de ser presidente cuando Nissan inyectó 2 mil 300 millones de dólares para una participación de 34 por ciento en el grupo en octubre. Defendió con firmeza a Masuko como la persona “más calificada” para dirigir el renacimiento de la compañía.
Masuko dijo a los inversionistas que su papel era restaurar la confianza después de que la compañía reveló el año pasado que sus empleados engañaron con los datos de economía de combustible durante más de dos décadas. “Insistí en el hecho de que Mitsubishi tiene que ser una entidad autónoma dentro de la alianza. Para mí, la mejor persona para asegurar la autonomía de Mitsubishi dentro de la alianza es Mazuko”, sostuvo Ghosn ante los periodistas.
Glass Lewis cuestionó la decisión de Ghosn de pedirle a Masuko quedarse en el consejo de la compañía: “Masuko le falló a los accionistas en el cambio de cultura corporativa desde que se unió a la empresa. Su fracaso en reformar la compañía al final permitió que continuara la falsificación de datos de economía de combustible durante su liderazgo”.
Sin embargo, mediante la cooperación tecnológica alimentada por la alianza y el ahorro de costos, Mitsubishi dijo que buscará diseñar una transformación bajo la gestión de Masuko.
Después de una pérdida neta de 195 mil 500 millones de yenes (mil 800 millones de dólares) en el año fiscal anterior, la compañía espera lograr una utilidad de 68 mil millones de yenes este año. También busca aumentar las ventas globales anuales del grupo de 926 mil vehículos a más de 1.25 millones para el año fiscal 2019-20.