Mapimí: magia por cielo, mar y tierra; ¡conócelo!
Los lugareños invitan a conocer el esplendor de un “Pueblo Mágico” en franco crecimiento
Luis Carlos Valdés de León/
La magia de este pueblo permite conocer a Mapimí de una manera distinta. Es vivir la experiencia de esta comunidad por cielo, mar y tierra. En efecto. En esta zona no hay un mar; pero los orígenes se remontan a la Era Cenozoica hace millones de años y fue precisamente en lo que era el Mar de Thetis, donde se localiza el llamado Bolsón de Mapimí integrado por varios estados de México y en donde también se localiza la enigmática Zona del Silencio. Mapimí es hablar de historia, de sorprendentes paisajes montañosos y desérticos donde destaca el Cerro del Indio (o de la India); es conocer la historia de lo que fue un pueblo minero que floreció y cuya actividad de extracción de oro, plata y otros metales, recuerda Luis Iglesias Montes, presidente de la Sociedad de Producción Rural Mapimí y Ojuela.
Conocer Mapimí por tierra, no es andar sólo por su zona colonial, su iglesia, sus edificios históricos como el Museo de Benito Juárez y el Recinto de Hidalgo. Es llegar a la comunidad de Ojuela, cuyo camino empedrado ha sido mejorado. Es realizar senderismo y cruzar el imponente Puente Colgante de Ojuela a lo largo de 500 metros de longitud que si bien es seguro, cruzarlo es todo un reto al equilibrio y al vértigo para algunos, escuchando el crujir de las maderas y el viento, sintiendo a la vez el balanceo de la estructura que data de 1892. Es comer las gorditas o comprar artesanías en la Fonda Lupita. Estar en el imponente Puente Colgante de Ojuela, de 500 metros de longitud, es una experiencia extraordinaria. El empedrado de la comunidad de Ojuela, Durango, ya ha sido mejorado.
Y para quienes prefieren la experiencia bajo tierra, la Mina Santa Rita es la opción. Sus recorridos tienen un costo de 40 y 20 pesos adultos y niños, con más 400 metros de túneles que pueden recorrer iluminados por una lámpara de carburo o minera y cascos de protección.
Las actividades extremas como la tirolesa con recorridos de 300 a 500 metros; contando con todo el equipo y el personal necesario, este se contrata ahí mismo a un precio de 125 a 175 pesos, una experiencia que muchos describen que “parece que estás volando el cielo”.