Salón Versalles: 100 años de historia
Torreón avanza entre tolvaneras y calorones, entre lágrimas y risas de un pueblo noble y alegre que no niega le gusta la fiesta: la Feria y la Covadonga lo atestiguan. Somos un pueblo único que construimos a diario nuestra historia.
Esa historia también se escribe todos los días en las cantinas; las hay muchas y variadas: algunas que se distinguen por sus “botanas”, otras ofrecen música en vivo o son hogar de mariachis que ofrecen su repertorio ahí mismo o salen a la calle contratados por sus clientes a dar “gallo”.
La tradición es solida y un ejemplo que se antoja singular es la cantina ubicada entre la Degollado y la Allende: El Salón Versalles, icono de la ciudad y baúl de recuerdos de muchísima gente, de generaciones que han gozado de su cerveza favorita al tenor de las pláticas inigualables entre sus comensales. Pláticas del día que se convierten en reseñas puntuales del devenir torreonense y van formando el diario que amalgama la personalidad y el perfil del lagunero que hace un alto en el camino del trabajo a la casa, al mediodía o en la tarde, para recargar las pilas y recibir un bálsamo de buen humor, que tranquiliza.
El Versalles se fundó hace cien años, y aún como ayer, sigue vibrando fuerte en nuestros corazones, como cuando mi padre me llevaba a recoger por la ventanilla de la calle Allende sendas jarras de cerveza para la comida. Fiel a la tradición, yo también voy con frecuencia al Versalles acompañado de mi hijo Gerardo o de mis entrañables amigos Mario Treviño, Arturo Madero y Javier Garza, entre otros.
Largo ha sido el camino y justo es recordar a Don Bernabé Torre Venegas, quien le compró la cantina a un señor de apellido Ulloa, en 1945; luego viene Fernando Ramos y posteriormente Ernesto Bredée, hasta que aparece en escena Jorge Villarreal, su actual propietario, quien cultiva la amistad al cien por ciento entre el sonido seco y tajante del cubilete, mientras cuida el negocio como si estuviera en su mente la proyección del Salón Versalles por otros cien años más.