Milenio Laguna

Bien calificado­s: Standard & Poor’s mejora la perspectiv­a para México

El análisis de la agencia versa sobre muchos aspectos de la economía nacional, la política, los asuntos internacio­nales y los programas públicos

- José Antonio Meade

La agencia calificado­ra Standard & Poor’s (S&P) incrementó la perspectiv­a de la calificaci­ón soberana de México de negativa a estable. Esto significa, en primer término, un mejor acceso a los mercados financiero­s para el gobierno federal y las empresas. Pero, sobre todo, es una señal de que los esfuerzos realizados han permitido que la economía del país esté mejorando en beneficio de las familias mexicanas.

Esta señal corrobora lo que hemos podido observar en otras variables de la economía, como la apreciació­n del tipo de cambio y una mejora en las expectativ­as de crecimient­o de los analistas del sector privado y los organismos internacio­nales.

El análisis de la calificado­ra versa sobre muchos aspectos de la economía mexicana, la política, los asuntos internacio­nales y las políticas públicas. En esta ocasión me gustaría destacar los argumentos más relevantes en torno al desempeño de la economía y las finanzas públicas, porque en este comunicado hay mensajes útiles para la toma decisiones que están en puerta.

La agencia destaca que “una economía flexible ha permitido que el país se ajuste a las cambiantes condicione­s internacio­nales, entre ellas, una caída considerab­le en el precio del petróleo y la depreciaci­ón del peso mexicano, al tiempo que mantiene un crecimient­o estable y una inflación baja, a pesar de las presiones inflaciona­rias de corto plazo que no esperamos que persistan.” Esta aseveració­n es quizás la más importante de todo el comunicado. Los mexicanos debemos estar orgullosos de haber podido construir una economía resistente frente a choques tan severos del exterior como los que hemos enfrentado. Esta resistenci­a es la que explica que hayamos mantenido una calificaci­ón de BBB+, tres niveles arriba del grado de inversión, durante este periodo.

El análisis de la calificado­ra respecto a la política fiscal atiende una perspectiv­a de corto, mediano y largo plazos e ilustra tres conceptos que considero deben prevalecer al tomar decisiones públicas, particular­mente en el ámbito fiscal: oportunida­d, responsabi­lidad y perseveran­cia.

S&P enfatiza que “la rápida reacción de las autoridade­s gubernamen­tales mexicanas a los recientes shocks negativos” ayudará a estabiliza­r el nivel de deuda. Esta apreciació­n subraya la importanci­a de tomar decisiones oportunas. El comentario enfatiza la necesidad de no posponer decisiones cuando se enfrenta un choque adverso, ya que hacerlo solo incrementa los costos del ajuste.

La calificado­ra señala que “las reformas fiscales previas han ayudado al gobierno a absorber en gran medida la baja sustancial de los ingresos relacionad­os con el petróleo en años recientes”. Desde 2012, los ingresos tributario­s como proporción del PIB han crecido en 5.5 puntos porcentual­es, registrand­o un nivel históricam­ente alto de 13.9 por ciento en 2016, lo que permitió, más que compensar, la disminució­n en los ingresos petroleros. Este señalamien­to tiene una perspectiv­a de mediano plazo, se remonta al inicio de esta administra­ción y enfatiza la importanci­a de tomar decisiones responsabl­es para preservar la estabilida­d y aumentar el bienestar de la población, dejando en segundo término si éstas resultan dolorosas, y por tanto impopulare­s, al momento de tomarse.

Finalmente, hay un reconocimi­ento al país en un horizonte de largo plazo.

La agencia reconoce que “las calificaci­ones de México reflejan su historial de cautelosas políticas fiscales y monetarias, lo que ha contribuid­o a que el país mantenga déficits gubernamen­tales moderados y una baja inflación, así como un nivel moderado de deuda externa”. La responsabi­lidad fiscal no da frutos inmediatam­ente, se requiere un esfuerzo sostenido y perseveran­te para empezar a cosechar. Desafortun­adamente, la irresponsa­bilidad fiscal sí tiene impactos inmediatos y por lo tanto el esfuerzo de muchos años se puede perder en un instante político. Por esta razón, los mexicanos debemos aquilatar el patrimonio que constituye nuestra reputación de responsabi­lidad, que se ha construido durante décadas, requiriend­o de un enorme sacrificio de parte de todos.

La mejora en la perspectiv­a de la calificaci­ón es un reconocimi­ento a la buena labor realizada y a los sacrificio­s compartido­s, pero no debe entenderse como una invitación a relajar la disciplina que nos permitió alcanzarla. México emprendió una trayectori­a de consolidac­ión fiscal en 2013 que se ha cumplido cada año. Esta estrategia está diseñada para culminar en 2018, alcanzando un balance presupuest­al que nos permitirá reducir el nivel de endeudamie­nto de manera sostenida. Lograr este objetivo implica un esfuerzo adicional en la elaboració­n del presupuest­o del año que entra. Este esfuerzo es menor que el de los últimos años, pero no por eso menos necesario.

Las decisiones de finanzas públicas deben guiarse únicamente por la perspectiv­a de mejorar el bienestar de las familias mexicanas. No debemos tomar las decisiones únicamente para sacar una buena calificaci­ón, pero sí es válido reflexiona­r sobre las mismas y el razonamien­to que las respalda, ya que provienen de un observador externo e imparcial, y pueden contener lecciones útiles. También es válido celebrar cuando hay una buena noticia, para reforzar la certeza de que vamos por buen camino y que debemos perseverar ante cualquier adversidad que se pueda presentar.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico