Incierto, el futuro de jubilados mexicanos
A 20 años del Sistema de Ahorro para el Retiro en México, los riesgos son muchos, toda vez que las bajas pensiones podrían provocar un descontento social como ha acontecido en Chile
l gas lacrimógeno en las calles de Chile hace a los manifestantes correr, otros con máscaras antigás arrojan todo tipo de objetos a los policías. Las tanquetas de los Carabineros circulan por las banquetas y rocían el humo a los jóvenes que a fi nales de 2016 se manifestaban en contra de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que en México conocemos como Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores).
Un joven toma una bomba de gas lacrimógeno del piso y se la regresa a las fuerzas del orden chileno. Caos. Se escuchan las sirenas de las patrullas, pum, pum, pum retumban las bombas molotov. Las tanquetas disparan agua para ahuyentar a los inconformes, los policías persiguen a los involucrados, algunos los encaran, se empujan, se gritan.
En los últimos años las protestas contra la privatización de las pensiones en Chile se han repetido varias veces. Algunas de ancianos golpeando cacerolas, gritando su desacuerdo por su vejez en pobreza; otras de niños coreando consignas para que “sus tatas tengan una pensión digna”.
Es agosto de 2016, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, viste de blanco con negro y mira fijamente el teleprompter donde lee su mensaje a la nación. “Todos necesitamos de una pensión para tener una vida digna y de calidad después de años de trabajo. El actual sistema provisional ha llevado a que muchos, demasiados, reciban pensiones muy bajas y queden entregados a su propia suerte. Nuestro desafío como nación es corregir esta situación”.
En México las autoridades saben que caminamos hacia el mismo camino que Chile. Tanto en el sistema de jubilación de esa nación como en el de México se eliminaron las pensiones del Estado y se dio paso a un esquema de ahorro individual para la vejez. “Chile comenzó su sistema en 1981, nosotros en 1997. Tienen 16 años, digamos de ventaja, y es un espejo del descontento social que puede ocurrir en México”, advierte Carlos Ramírez, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
Se decía que el sistema chileno de pensiones les daría un mejor futuro a los trabadores del país. Las AFP prometían que al momento de jubilarse recibirían una suma equivalente al 70 por ciento de su último salario. A lo largo de su vida el empleado entrega 10 por ciento de su sueldo a las administradoras de pensiones en forma de ahorros. Estas los invierten en empresas nacionales y transnacionales con el fi n de maximizar estos recursos al colocarlos en el mercado fi nanciero. La promesa de las AFP no está ni cerca de cumplirse: al año 2013 las jubilaciones en promedio fueron de 183 mil pesos chilenos, que apenas alcanzan 30 por ciento de los sueldos.
En México, dentro de 10 o 15 años se jubilará la primera generación de aforados y la situación podría ponerse peor que en Chile. “Los chilenos ahorraron menos de lo que debían, solo 10 por ciento de su salario, en México la cifra es de 6.5 por ciento”, dice Carlos Ramírez. “El riesgo es el descontento... es que las expectativas de muchos mexicanos no se cumplan, y no me gustaría calificarlo como una bomba social pero sí como una de las prioridades centrales que tiene el país para las próximas dos décadas”, advirtió el funcionario. Es un hecho que las nuevas generaciones tendrán que trabajar más y obtendrán menos dinero para jubilarse.