Milenio Laguna

China confirma su éxito en la reproducci­ón de pandas

YA NO HAY PELIGRO DE EXTINCIÓN, REVELA ORGANISMO INTERNACIO­NAL La Base de Investigac­ión y Crianza de Chengdu fue creada en 1987 con seis ejemplares, ahora tiene 176; algunos son reinsertad­os a la vida silvestre

- Jorge Valdés/ Chengdu, China

slareserva­másimporta­nte y exitosa en el mundo para la reproducci­ón en cautiverio del animal símbolo de China, el cual se encuentra en situación “vulnerable” de extinción. Fue creada en 1987 con solo seis ejemplares y ahora cuenta con 176 e incluso ha comenzado a reinsertar a algunos a la vida silvestre: es la Base de Investigac­ión y Crianza del panda gigante de Chengdu, capital de la provincia de Sichuan.

Sus más recientes inquilinos acaban de nacer el 27 de junio. El video de la mamá, Xixi, dando a luz a una de sus dos crías se hizo viral en las redes sociales y MILENIO atestiguó la atención que los neonatos reciben en un par de incubadora­s especiales, monitoread­as las 24 horas, durante un recorrido realizado por las instalacio­nes del santuario artificial.

Para el cuidado de los pandas recién nacidos y de los más jóvenes las medidas son extremas: la temperatur­a de las incubadora­s, donde pasan el primer mes de su vida, es de 36 a 38 grados, la misma que tienen en la panza de la hembra durante su gestación. Además, día y noche cuatro personas supervisan sus condicione­s y estado de salud.

Después de los primeros 30 días permanecen casi un año completame­nte junto a sus mamás, de la cual solo se les separa cuando son llevados a exámenes médicos o a cuartos con aire acondicion­ado y completame­nte aislados para ayudar a su desarrollo, y en los que a través de enormes ventanales pueden ser admirados por los cerca de 20 mil visitantes que diariament­e acuden a la base.

A partir de los 12 meses de edad ya tienen dientes para comer y comienzan a dejar la leche materna, pero requieren aprender a subir a los árboles, elegir los mejores bambús para su alimentaci­ón e identifica­r los peligros que les acechan. La separación total de la madre ocurre hasta el año y medio de vida.

Muchas de las hembras, como Xixi, tienen dos crías por alumbramie­nto, pero en ocasiones solo deciden cuidar a una, por lo que los vigilantes, cada dos a tres horas, deben distraer a las madres con su alimento favorito para poderle intercambi­ar los cachorros en ese instante y así garantizar la superviven­cia de ambos.

También hay hembras que no quieren cuidar a sus crías, entonces los cuidadores se encargan de éstas. “La tasa de reproducci­ón de los pandas es muy baja debido a diversos factores: las hembras tienen una ventana de receptivid­ad de 24 a 72 horas y el celo les dura solo unos cuantos días al año. Por eso aquí realizamos muchos esfuerzos y continua investigac­ión para ayudarlos a procrear y protegerlo­s”, explica a MILENIO Zhong Yanping, responsabl­e de la Oficina de la Secretaría Administra­tiva de la base de Chengdu.

Desde el establecim­iento del santuario hasta la fecha han nacido aquí 250 crías; de ellas, 70 por ciento han sobrevivid­o: 176, “lo cual nos habla del éxito de nuestro programa de conservaci­ón y crianza”, detalla Zhong.

Son tales los resultados fructífero­s del lugar, que incluso desde 2012 establecie­ron un valle de pandas en la zona de Dujiangyan, donde actualment­e tienen a 10 ejemplares que han sido llevados desde bebés y adolescent­es, y que son entrenados para adaptarse a la vida silvestre.

En China hay alrededor de mil 800 pandas silvestres y habitan en tres provincias: Sichuan, donde se encuentra más de 80 por ciento, Gansu y Shaanxi. Además, cerca de 400 más viven bajo protección humana en diversos santuarios y reservas como la de Chengdu, que tiene una extensión de 60 hectáreas.

Algunos de los pandas nacidos y criados en Chengdu y en la base de Wolong son enviados a varios países, pero siempre en calidad de préstamo, pues nunca dejan de pertenecer a China, que ha decretado como prioridad nacional la reproducci­ón de su animal más representa­tivo y al que en muchas ocasiones ha utilizado como instrument­o político para mejorar relaciones o estrechar lazos de amistad con otros gobiernos.

A la fecha hay alrededor de 25 pandas en zoológicos de EU, Japón, Malasia, Tailandia, México y Alemania.

En septiembre del año pasado, la Unión Internacio­nal para la Conservaci­ón de la Naturaleza determinó que el panda gigante ya no se encontraba en peligro de extinción, pero sí en “situación vulnerable”, lo que Zhong Yanping considera positivo, pero no suficiente para lograr la preservaci­ón completa del animal. “Aún se requieren muchos esfuerzos. Las pandas solo dan a luz de junio a agosto, es un periodo muy corto. Por eso nosotros intervenim­os para que las pocas crías que tienen al año logren sobrevivir y posteriorm­ente ayuden a la reproducci­ón de su especie. “Pero también es necesario que la población haga su parte en la protección del animal y de sus hábitats. El gobierno de China ha ampliado la protección de los lugares donde vive de manera silvestre y eso también es benéfico. Solo así, con esfuerzos conjuntos, podremos lograr la preservaci­ón del panda gigante”, concluyó la cuidadora de la base en la que alrededor de 400 especialis­tas suman esfuerzos diariament­e para evitar la extinción del animal símbolo de los chinos.

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