Debate en los medios I
En países centralistas y caciquiles como el nuestro, lo que pasa en los estados se queda en los estados, como en Las Vegas. Para romper el cerco, el Frente por la Dignidad de Coahuila (FDC) cubrió el 4 de julio una agenda con medios de comunicación en la Ciudad de México. Guillermo Anaya (PAN), Armando Guadiana (Morena), Javier Guerrero ( independiente) y José Ángel Pérez (PT) plantearon en cadena nacional sus argumentos para anular las elecciones de gobernador “por fraudulentas”.
A un mes entonces de los comicios que tienen al estado en el centro de la polémica nacional y a la clase política en ascuas, los excandidatos fueron entrevistados por Carmen Aristegui ( Aristegui Online), René Delgado ( Reforma), Raymundo Rivapalacio ( Efekto Noticias), Leopoldo Zea (Imagen Informativa) y Azucena Balderas (Milenio Televisión).
El objetivo es obvio, mantener el debate poselectoral en los medios de comunicación mientras se agotan las etapas de la impugnación promovida por el FDC.
Aristegui, quien figura entre los líderes de opinión espiados por el gobierno (“The New York Times”), puso sobre el tapete el tema de la supuesta negociación para zanjar los conflictos poselectorales en Estado de México y Coahuila, donde los triunfos de Alfredo del Mazo y Miguel Riquelme fueron refutados.
Según esa versión, el presidente Peña aceptaría nuevas elecciones en Coahuila para salvar las del Estado de México donde el PRI también estuvo a punto de perder; en su caso con Delfina Gómez, candidata de Morena.
Existen suficientes causales para invalidar el resultado — respondió Anaya—, como el exceso de gastos de campaña del candidato del PRI, la intromisión del gobierno del estado, el traslado irregular de paquetes electorales, la manipulación del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) y la complicidad del Instituto Electoral de Coahuila (IEC). Sin embargo, frente a la réplica de Aristegui sobre el trueque, el excandidato de la Alianza Ciudadana admitió esa posibilidad. Guadiana, en la entrevista con René Delgado, vaticinó: “Riquelme no se va a sentar”.