TALIBANES AFGANOS CONTROLAN EL OPIO
De ese país sale 80% de la producción mundial de opiáceos; el movimiento fundamentalista sunita tiene hoy bajo control hasta 200 mil hectáreas en el sur
Desde la adormidera a la heroína, los talibanes controlan ya toda la línea de producción de esta droga, de la que obtienen un mayor beneficio que del opio no transformado, asegura el estadunidense William Brownfield, a cargo desde el año 2011 de la lucha antidrogas en el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Afganistán produce 80 por ciento del opio mundial y no hay nada, salvo las vicisitudes meteorológicas, que frene este lucrativo cultivo, que en 2016 generó 3 mil millones de dólares de ingresos, según las Naciones Unidas, para 200 mil hectáreas y 4 mil 800 toneladas de adormidera.
A propósito del tema, el presidente de EU, Donald Trump, llamó a movilizarse ante la expansión de los opiáceos y dijo que son “una amenaza a todo el mundo”.
“Es un inmenso problema en nuestro país”, dijo Trump desde su club de golf en Bedminster (Nueva Jersey), 70 kilómetros al oeste de Nueva York, donde está pasando dos semanas de vacaciones.
“Nadie está a salvo de esta epidemia que amenaza a todo el mundo, jóvenes y viejos, ricos y pobres, comunidades rurales y urbanas”, añadió.
En 2016 los analgésicos opioides y la heroína generaron la muerte por sobredosis de 60 mil personas en EU, 19 por ciento más que en 2015, según cálculos de The New York Times. En 2015, el consumo de opiáceos causó 33 mil muertos, 13 mil de ellos por heroína.
En 2001, cuando aún estaban en el poder en Afganistán —antes de los atentados terroristas del 11 de septiembre de ese año en EU—,el movimiento fundamentalista sunita del Talibán prohibió el cultivo de adormidera. Pero al calor de la intervención militar del Pentágono e internacional ese mismo año, misma que continúa hasta hoy, cambiaron su política y ahora recaudan impuestos de los productores y los traficantes para financiar su lucha contra el gobierno afgano y la intervención.
Peor aún, afirma William Brownfield, “los talibanes ahora transforman toda la adormidera cosechada en morfina y heroína. Reciben mucho más dinero si transforman el opio antes de que salga del país”.
El opio, la resina negra obtenida de la amapola real, se vendía en mayo de este año a 163 dólares/ kilo, y la heroína a entre 2 mil 300 y 3 mil 500 dólares en el mercado asiático. Cuando llega a Europa vale 40 mil euros por kilo, según expertos europeos. El opio transformado en morfina es la etapa previa a la heroína.
En el último año se multiplicaron en Afganistán los decomisos de morfina: 57 toneladas en el primer semestre frente a 43 en 2016.
Según expertos, en materia de estupefacientes se incauta alrededor de 10 por ciento de lo que realmente existe, siendo fácil montar un laboratorio rudimentario: muros de adobe, techo de paja y, cuando termina la operación, se evacúa.
Entre enero y junio los servicios afganos desmantelaron 46 laboratorios clandestinos, frente a 16 en enero-julio de 2016, de acuerdo con William Brownfield.
También, según la agencia de EU para el control de drogas, la DEA, estos decomisos privaron a los traficantes de unos 300 millones de dólares en ingresos desde enero.
Según la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc), que publica cada año un informe sobre Afganistán, el opio representaba en 2016 “cerca de la mitad de los ingresos de los talibanes”, siendo la provincia de Helmand (suroeste) “una inmensa fábrica de droga”.
Helmand, bastión talibán del sur del país, frontera con Pakistán, proporciona 80 por ciento de la adormidera afgana, que siempre o casi siempre se produce en zonas bajo influencia talibán, remarca la Unodc.
El Ministerio afgano de Interior dice que “los talibanes necesitan dinero para que su maquinaria de guerra funcione y por eso han tomado el control de esos lugares”, según el vocero del. Desde 2002, EU dedicó 8 mil 600 millones de dólares a la lucha contra las drogas en Afganistán, con resultados mediocres.