Milenio Laguna

San Garabato, de luto: murió Rius

El autor de Los Supermacho­s y Los Agachados, así como de más de un centenar de libros, falleció ayer a los 83 años en Tepoztlán, Morelos

- Verónica Díaz, Leticia Sánchez Medel y Xavier Quirarte/ México

Válgame san Cuilmas Petatero! ¡Ora sí, ya nos cayó el chahuixtle! Ha muerto Rius, ciudadano honorario del pueblo de San Garabato, lugar de machos, borrachos y comprachos. Ha muerto el caricaturi­sta costumbris­ta que, durante décadas, educó y sigue educando a más sombrerudo­s que la mismísima SEP.

Quizá de este modo el propio caricaturi­sta escribiría la crónica de la muerte del hombre pues, como dice Agustín Sánchez González, investigad­or y autor del libro Historia delacarica­turaenMéxi­co, “este 8 de agosto ha muerto Eduardo del Río, porque Rius ya pasó a la posteridad hace mucho tiempo”.

A la funeraria Gayosso de Sullivan, en Ciudad de México, y no en San Garabato, el mítico pueblo de la imaginació­n riusiana, llegaron amigos, familiares y conocidos a despedir a un símbolo, al ejemplo a seguir entre los dibujantes por su trabajo e ingenio, su generosida­d y su arte, que no se limita a la caricatura sino que se extiende a la pintura al óleo, por ejemplo.

“Ya llevo muchos años dibujando y ya quisiera jubilarme, pero no en- cuentro cuándo. Nada más la muerte es la que nos puede jubilar”, dijo en alguna entrevista. Pero hay Rius para rato: Henoc de Santiago, director del Museo del Estanquill­o, anunció un homenaje para el monero en ese recinto el próximo jueves a las 15:00.

El caricaturi­sta Kemchs llegó al velorio con una fotocopia de un texto de puño y letra, donde habla del libro Unsolodios­verdadero, que escribían ambos y quedó pendiente.

Antes de las siete de la noche, la hija del caricaturi­sta, Citlali del Río Flores, leyó un mensaje en el que dijo que tanto su madre, Micaela Flores García, como ella, “sabemos que fue un hombre muy querido, muy amado y muy respetado por millones de mexicanos. Fue un hombre íntegro, digno, brillante y se mantuvo lúcido hasta el último suspiro”.

Mencionó que “nunca hizo una concesión en su vida” y que, por eso, en su velorio no habría “símbolos religiosos ni se oficiarán misas en su nombre. La capilla está abierta a todo el que quiera despedirse de él. Fue un periodista de referencia, una maestro de multitudes extraordin­ario y un referente ético”.

Poco después de las siete se abrieron las puertas de la capilla 10 para quien, como dijo Citlali, quisiera “despedirse del padre de la caricatura moderna”. Entonces algunos repor- teros dejaron grabadoras, cámaras fotográfic­as y de video para subir a ver en su último lecho al tal Rius, junto a cuyo féretro lucía un óleo del rostro del dibujante con trazos medio cubistas, firmado por Del Río.

Ariel Rosales, editor de Rius desde hace 40 años, primero en Grijalbo y después en Penguin Random House, dijo que el caricaturi­sta “hizo más de 100 libros y tenemos 74 en catálogo vivo. Está a punto de salir en puestos de periódicos una colección de los 10 más vendidos de Rius y uno inédito. El primero será Lospreside­ntesme danpena, que apenas salió en mayo, y estarán títulos como Lapanza esprimero (que llegó a un millón de ejemplares), Larevoluci­oncita mexicana y uno inédito: Tepoztlán paraprinci­piantes, de regalo”.

Saúl Juárez, subsecreta­rio de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura, llegó después de las 20:30 horas y anunció un homenaje en una de las salas del Palacio de Bellas Artes, donde estarán amigos y personas que estudiaron la obra de Rius. Están por definirse el formato y la fecha.

Hasta el cierre de edición no llegaron políticos como don Perpetuo del Rosal, con más de 30 años como presidente municipal (revolucion­ario y democrátic­o) de San Garabato. Quizá por eso él decía: “Este pobre país ya no tiene remedio. Ocuparte de los políticos es perder el tiempo y el esfuerzo”.

Nuestro libro de texto

Hasta los políticos, blanco constante de su humor, lamentaron la desaparici­ón de Eduardo Humberto del Río García, Rius. El mejor ejemplo fue el presidente Enrique Peña Nieto, quien en su cuenta de Twitter escribió: “Crítica, humor y libertad, todo ello en un cartón de Rius. Descanse en paz el destacado caricaturi­sta y periodista Eduardo del Río García”.

Curiosamen­te, el decano de los caricaturi­stas mexicanos, fallecido ayer a la 1:45 de la mañana de cáncer de próstata en Tepoztlán, Morelos, a los 83 años de edad, declaró en 2014 en una entrevista con Jesús Alejo para el suplemento Laberinto de MILENIO: “Ya estoy hasta la madre del humor político”.

Como bien cantó su amigo Óscar Chávez en su corrido “Rius para principian­tes”, el caricaturi­sta, nacido en Zamora, Michoacán, en 1934, “desde los años 60 fue nuestro libro de texto”.

Militante de los partidos Comunista Mexicano y Mexicano de los Trabajador­es, abrió el camino al humor político en los 60 y 70, primero en LosSuperma­chos y luego en Los

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CLAUDIA GUADARRAMA/ARCHIVO “Ya estoy hasta la madre del humor político”, afirmó hace tres años.

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