Caso Rafa-Julión: la coordinación anticrimen
El caso que destapó el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, identificando al futbolista Rafael Márquez y al cantante Julión Álvarez como testaferros del presunto capo del narcotráfico Raúl Flores Hernández, exhibe también, una vez más, la falta de coordinación entre las autoridades de diversos niveles de México.
Publicada la nota antes que nadie por Carlos Puig en MILENIO, la primera duda era el paradero del principal señalado, porque el documento estadunidense y sus anexos detallaban una captura en 2013 y su liberación en 2014, más una segunda detención el 20 de julio pasado. Nada más al respecto.
¿Dónde está? Consultado por el fusilero, un mando de primer nivel de seguridad nacional primero dijo que estaba en Estados Unidos, minutos después que no, que en México, que iba a checar en qué penal y más tarde a confirmar dónde fue detenido, en efecto, el 20 de julio “por Interpol y una división de la Policía Federal”. Que en Guadalajara. Habían pasado tres horas de la publicación de la nota.
Ubicado Flores Hernández ya en el Reclusorio Sur por esa misma autoridad y por funcionarios del Gobierno de la Ciudad de México, también a pregunta de este lado, la PGR emitió un reporte en el que aseguraba que fue la Agencia de Investigación Criminal la que capturó al hombre en Zapopan, por lo que “será” trasladado al Reclusorio Sur, cuando hay constancia penitenciaria de que llegó ahí el 21 de julio, es decir, un día después de la reaprehensión, que para entonces ya no sabíamos a ciencia cierta a qué corporación apuntársela. Más tarde se corrigió ese informe para ubicar al reo en la capital.
Peor: el Gobierno de la Ciudad de México, en voz de Patricia Mercado, declaró que ignoraban la dimensión del personaje, al que tenían internado en una zona de reos de baja peligrosidad, y solo después del escándalo pidieron su traslado, que se consumó ayer al Altiplano. ¿De verdad no les llamó la atención que lo fuera a entrevistar varias veces la DEA? ¿No es la autoridad capitalina la que autoriza esas visitas? ¿Acaso pensaban que los gringos iban a platicar con un narcomenudista?
Hay que recordar la recaptura del Chapo, cuando la Marina y la Policía Federal se trenzaron en una disputa por la autoría, al final confirmada con documentos por la corporación entonces a cargo de Enrique Galindo. Así de afinado está el trabajo conjunto contra el crimen.