Milenio Laguna

“NUNCA SUPE QUE ESO ERA MARIHUANA”

Ernesto comenzó a vender droga a los 14 años, consumió cristal porque la marihuana ya no le causaba algún efecto, hoy en día sabe de las repercusio­nes de esto

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Apenas tiene 16 años y Ernesto ha vivido lo que otros a su edad incluso mayores que él ni se podrían imaginar. Duró dos años encarcelad­o por comerciali­zar marihuana y cristal y desde los 13 años comienza a consumir ambas drogas, todo derivó de la muerte de su padre. Se encuentra en proceso de rehabilita­ción y confiesa que ha recaído pero su hijo de apenas dos años de edad es lo que le hace salir adelante. Quiere rehabilita­rse, sabe que el camino no es fácil pero quiere vivir tranquilo, trabajando en la legalidad y sin la incertidum­bre de que en cualquier momento lo pueden encarcelar.

¿Cómo llegas al Centro de Integració­n Juvenil?

Me mandaron del Tutelar de Menores que se encuentra en Saltillo, donde caí por andar vendiendo marihuana y cristal. Actualment­e estoy aquí en el bachillera­to, estoy en proceso de rehabilita­ción y vivo en el oriente de Torreón.

Háblanos de tu detención, ¿cómo se da?

Pues alrededor de las 6:00 de la mañana estaba haciendo mi trabajo verdad, embolsando la marihuana porque ya había acabado con el cristal cuando me tocan la puerta y yo pensaba que era uno de mis compradore­s, luego tumbaron la puerta, eran los GATES. Como quien dice me rodearon por que intenté escapar saltando las bardas de atrás pero ya me esperaban otros dos allá.

¿Cuando comienzas a consumir drogas?

A los 13 años, cuando mi papá se murió. Yo estaba más apegado a él que a mi mamá, primero ellos se separaron luego él murió y eso me dio para abajo. Un compa en la escuela cursaba primero de secundaria me vio triste y, me dijo que con el cigarro se me quitaría, yo nunca supe que eso era marihuana, pensé que era uno de los normales. Le pregunté a otro compa en el baño porqué me sentía tan mal y traía tan rojos los ojos, me dijo que era de marihuana, de los que conocemos como carrujo. Me lo ofrecieron para que me olvidara de lo que estaba sintiendo, esto pasó en las canchas de la escuela. Me gustó la sensación, el olor y sabor por eso le seguí, le dije que me consiguier­a para olvidar las broncas que traía.

Ernesto es un joven extroverti­do, tiene un tatuaje con el nombre de su madre a quien quiere y extrañó junto con sus hermanos cuando estuvo dos años en el Tutelar de Menores en donde le prohibiero­n las visitas durante todo ese tiempo.

¿Cómo le hacías para pagar la droga?

Yo me ponía a trabajar en lo que fuera, barriendo banquetas o de cerillito, lo que cayera para comprar la droga. En ese tiempo nunca hice que otros la probaran aunque después fue que me hice vendedor.

¿En qué momento decides vender droga?

A los 14 comienzo a vender hierba y cristal. Un pariente mio que vino de otra ciudad andaba metido en todo ese pedo. Vendía cocaína y piedra. El comenzó a darse cuenta que yo consumía pues me veía en qué condicione­s llegaba a la casa además él también la consumía. El tiene casi 40 años. Yo miraba a mi primo que andaba bien vestido, con cadenas y tenis y le pregunté que cómo le hacía y me dijo que era pues con la venta de droga. Yo no sabía que vendía, pensé que la consumía. Quise ser igual a él, le pedí que me metiera a vender pero para eso me salí de la casa para no involucrar a la familia. Fue sencillo, mi pariente me dejó toda la mercancía para vender incluso unas armas para protegerme. Me dijo que cuando vendiera todo le depositara. Duré vendiendo así como cuatro meses y deje de consumir un mes quería concentrar­me en el negocio. Quería hacerme de feria, malamente tenía la idea que así la conseguirí­a ¿Tu mamá se dio cuenta? Nunca se dio cuenta porque yo llegaba directo a bajar avión con la comida, eso hace que luego luego se te baje el efecto de la marihuana, piedra y la soda. Del cristal no porque esa droga te quita el hambre. Yo incluso le decía a mi mamá que iba a ver a mi novia y en vez de eso me salía pal barrio para drogarme con los demás. Ella, mi novia comenzó a molestarse conmigo porque ya casi no la veía. ¿Cómo se dio el consumo del cristal, en qué momento lo decides? Primero comencé con un cigarro, después tres o cuatro bolsas diarias de marihuana me fumaba. Me fui al cristal porque ya no sentía nada con la hierba. El cristal me la ofrece mi primo, le dije que ya la marihuana no me pegaba y pues por ser familiares no me la cobraba. ¿Eres consciente que le hicieste daño a tu cuerpo? Si.

Ernesto es consciente también de que hizo mal al consumir droga pues sabe ahora que esta no resuelve nada sino que al estar en contacto con ella los problemas se hacen mayores.

“Yo afortunada­mente no maté a nadie cuando andaba drogado, algunos de mis compas sí, otros querían fajarse a las morras sin su permiso, cuando estaba yo les decía que no, a mi nunca me ha gustado que abusen de ellas. Hace una semana recaí, pero mi novia me puso de condición de que si me alejaba de la droga podríamos estar juntos….pienso en mi hijo para poder salir de esto”.

Yo no maté a nadie cuando andaba drogado, algunos de mis compas sí”

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Ernesto busca salir de las drogas con la motivación de su hijo y esposa.

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