Diferencia entre Importante y Urgente en las PYMES
El tiempo sigue siendo el recurso más complicado de administrar hoy en día para los empresarios, lo cierto es que este es un elemento sumamente valioso e importante a la hora de emprender o administrar la empresa ya establecida.
El internet se ha vuelto un valioso aliado, pero a la vez un tirano ya que el “tiempo real” que los medios de comunicación que tenemos a la mano, nos obliga a no saber distinguir entre las actividades urgentes e importantes de manera adecuada y por lo tanto llegamos al final de la jornada con la extraña sensación de que “trabajamos mucho, pero no generamos resultados”. Ese escozor de sentir que nos volvimos “bomberos” apagando “fuegos” y dejando de lado las actividades que realmente hubiera generado productividad.
Importante y Urgente es distinguir estas dos palabras anteriores con el fin de destinar el valioso recurso del tiempo a las actividades que generan resultados tangibles. Recuerda el 20% de las actividades en tu día (bien planificadas y ejecutadas) generan el 80% de los resultados.
Por un lado, no medir la urgencia del problema es un error muy frecuente que nos lleva a tomar decisiones precipitadas, o atropelladas. Tanto el “ahora mismo” como el “para el último día” son grandes enemigos de un método exitoso de decisión. Por otro lado, tenemos que darle la importancia justa al asunto que estamos abordando para evitar bloquearnos o pasar por alto detalles relevantes para nuestra empresa.
Por lo tanto ambos términos se podrían definir así:
Urgencia: se define y caracteriza única y exclusivamente por la inmediatez. Generalmente son tareas que tenemos que hacer ahora, por lo que la toma de decisiones suele ser reactiva.
Importancia: incluye aquellas decisiones que afectan directamente a nuestra pyme, a la consecución de sus objetivos o a su futuro. Inicialmente no suelen ser urgentes, aunque pueden llegar a serlo si no trabajamos en ellas con cierta planificación, ya que requieren de un proceso razonado de decisión.
Para concluir les comparto una frase de una compañera consultora que dice: “No hay urgencias, lo que pasa es que siempre hay un p… que lleva prisa”.