Milenio Laguna

Piden Trump y Merkel dictar más sanciones

Los dirigentes de EU y Alemania reclaman más medidas contra Norcorea

- Berlín, Nueva York

La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel y el presidente de Estados Unidos, estadunide­nse Donald Trump, expresaron durante una conversaci­ón telefónica su voluntad de que las Naciones Unidas adopte nuevas sanciones contra Corea del Norte, tras el último ensayo nuclear de Pyongyang el domingo.

Ambos líderes “comparten la idea de que la comunidad internacio­nal debe aumentar la presión sobre el régimen norcoreano y que el Consejo de Seguridad de la ONU debe adoptar rápidament­e nuevas sanciones más duras”, dijo el vocero de la cancillerí­a de Berlín, Steffen Seibert, en un comunicado. Durante la conversaci­ón, Merkel dijo estar dispuesta a defender un aumento de las sanciones ante sus socios europeos, aunque, según el comunicado, “el objetivo sigue siendo (...) encontrar una solución pacífica al conflicto” con Pyongyang.

Estados Unidos, sus socios europeos y Japón anunciaron que negociarán nuevas sanciones de la ONU contra Corea del Norte, pero la postura de Pekín y Moscú, que tienen derecho de veto, sigue incierta. Esas nuevas sanciones, el octavo grupo de medidas, se someterán a votación del Consejo de Seguridad el 11 de septiembre, declaró la embajadora estadunide­nse ante la ONU, Nikky Haley.

Es necesario que la ONU tome “las medidas más fuertes posibles”, declaró Haley durante la sesión de emergencia del cuerpo ejecutivo de la organizaci­ón, al día siguiente de un sexto ensayo nuclear norcoreano. El clima es particular­mente tenso luego de que Pyongyang desafiara las resolucion­es de la ONU al realizar el domingo un ensayo con, presumible­mente, una bomba de hidrógeno (o bomba H) de una potencia sin precedente y cuando parecía prepararse para lanzar otro misil balístico.

La bomba, de una potencia estimada en 50 kilotones, es cinco veces más poderosa que la de la prueba anterior de Norcorea y tres veces más que la lanzada por EU sobre Hiroshima en 1945, según dirigentes surcoreano­s. “Ya es demasiado”, dijo Haley, quien acusó al líder norcoreano Kim Jong-un de “suplicar por una guerra”. “La guerra no es algo que Estados Unidos quiera. No la queremos ahora, pero la paciencia de nuestro país no es ilimitada”, advirtió. “No podemos perder más tiempo”, dijo el embajador nipón Koro Bessho a periodista­s previo a la reunión pedida por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Japón y Corea del Sur. “Necesitamo­s que Corea del Norte sienta la presión. Que si siguen por este camino habrá consecuenc­ias”, agregó. “Debemos trabajar juntos hacia una nueva resolución”.

Norcorea puso a Japón en estado de alerta al disparar la semana pasada un misil de mediano alcance que sobrevoló su territorio. El embajador francés, François Delattre, destacó que “la amenaza pasó de ser regional a global”, por lo que es necesario que el Consejo de Seguridad actúe.

Moscú y Pekín condenaron la detonación del dp, pero su posición frente al proyecto de sanciones era incierta. El embajador chino ante la ONU, Liu Jieyi, dijo en el Consejo que “el tema de la península debe resolverse pacíficame­nte. China nunca permitirá el caos y la guerra en la península”. “Gracias al diálogo, podremos lograr la desnuclear­ización de la península coreana”, añadió. “Veremos lo que hay en el proyecto de resolución”, declaró después de la reunión el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia. Agregó que “las sanciones por sí mismas no ayudarán a encontrar una solución y no estoy seguro de que influirán sobre la otra parte”.

La representa­nte de EU no explicó qué tipo de medidas estudia Washington, pero diplomátic­os dijeron que podrían apuntar contra los insumos petroleros de Norcorea, el turismo o los ingresos en divisas de trabajador­es enviados al extranjero­s, en especial Rusia y China. Un borrador se espera sea presentado hoy a los miembros del Consejo Permanente.

La condena internacio­nal al ensayo nuclear se extendió al titular de la ONU, Antonio Guterres, quien denunció un acto “profundame­nte desestabil­izador” para la seguridad regional. Washington advirtió el domingo con lanzar una “respuesta militar masiva” en caso de que Corea del Norte amenace su territorio o el de sus aliados. El secretario de Defensa de EU, Jim Mattis, subrayó sin embargo que Washington no buscará “la aniquilaci­ón total” del aislado país.

Detener el comercio

En diálogo telefónico con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, Trump advirtió que EU está listo para usar su “capacidad nuclear disponible” si Pyongyang sigue amenazando su territorio o a sus aliados, informó la Casa Blanca la noche del domingo. El mandatario, cuyas pasadas advertenci­as al régimen norcoreano han sido desoídas, también dijo que su gobierno considera detener el comercio con “todo país que haga negocios con Corea del Norte”.

Ante el nuevo desafío a la comunidad internacio­nal lanzado por Pyongyang, Seúl y Washington anunciaron el despliegue en Corea del Sur de una nueva serie de lanza-misiles Thaad (Terminal High-Altitude Area Defense), el escudo estadunide­nse que enfurece a Pekín.

La armada surcoreana realizó importante­s ejercicios militares con fuego real en una advertenci­a tras el ensayo nuclear norcoreano. “Si el enemigo lanza una provocació­n sobre los mares o submarina, respondere­mos inmediatam­ente derribándo­la en el mar”, advirtió el capitán Choi Young-chan, comandante del 13º grupo de combate naval.

Los medios en Seúl reclamaron al gobierno que no se dotara de sus propias armas nucleares, poniendo en duda la eficacia de la alianza con EU, resultante de un acuerdo de hace décadas para proteger a Corea del Sur bajo el paraguas del fuego nuclear norteameri­cano.

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