“Quiero que mis lectores se suban a una rueda de la fortuna”, comenta el autor
Al perdernos entre las líneas de la historia, es imposible permanecer estáticos por su dinamismo: Farías dice que “la novela se mueve mucho porque a mí me gusta hacerlo, además de la necesidad de cartografiar los lugares”.
Tras un sorbo de café, Farías nos guía por un mundo criminal en donde nunca se pierden ni el folclor ni la musicalidad. Desde la voz de Pedro Infante que entona una vieja canción hasta la alusión a famosos actores, la novela humaniza a sus personajes y atrae de tal manera al lector que lo hace parte y cómplice del múltiple plan perfecto. Conocedor del efecto de sus letras, el escritor comenta: “Un lector de novela policiaca ya no es inocente; se vuelve bastante paranoico y desconfiado de todo, está siempre alerta y siempre se está enfrentando al escritor”.
Tras vislumbrar brevemente el universo literario de Unplanperfecto, Iván nos ayuda a descender de esa rueda de la fortuna para hacernos pisar tierra firme: “El principal problema del país es que la gente acepta la corrupción y la criminalidad como algo normal, no tiene problema. Por eso en la novela no hay nadie que sea bueno. La idea principal era marcar cómo todos estamos metidos en eso, y hasta que no te des cuenta o te indignes de la criminalidad del otro es que esto va a cambiar”.
Mientras en Los Azulejos empieza a sonar de manos del pianista “Bésame mucho”, Farías demuestra que la novela policiaca cambia a los lectores.