Milenio Laguna

Le pasó a Erika

- Marcela Moreno Casas @marmor68

¿Muerto el niño a tapar el pozo? Tuvo que ser violentada una mujer en Puebla, en un taxi “seguro” a manos de un chofer, para que en Ciudad de México, las autoridade­s decidieran verificar a los conductore­s de Uber y Cabity, confirmar si no tienen antecedent­es penales y si cumplen con los requisitos de confiabili­dad necesarios para el desempeño de su profesión. Es tan sólo una arista del problema de la insegurida­d al que están sujetas las mujeres en este país. No es la primera vez que una mujer es secuestrad­a, violada y asesinada a bordo de un taxi. Quienes han corrido con suerte, han sufrido lesiones que tardan quince días en sanar, como eufemístic­amente rezan los partes de novedades policiacos al narrar un asalto. Y las agresiones se han perpetrado a plena luz del día, no sólo en la madrugada, para quienes gustan de cuestionar un dato: ¿qué hacía una joven en la madrugada?, como si ese hecho ya fuera suficiente pretexto para justificar la violencia. El caso es cercano. Le sucedió a una compañera de profesión, Erika, que salió de su trabajo, por la noche, abordó un taxi y el chofer, lejos de brindarle seguridad, la llevó a un lugar apartado, la golpeó e intentó asaltarla. La periodista como pudo se defendió y no salió bien librada. Sin embargo, pudo salvar su vida. El hecho aconteció en Torreón. Ya han pasado años y las historias de ese tipo se repiten, por desgracia, en toda la República Mexicana, algunas de esas crónicas se trasladan a denuncias y los resultados son pobres en cuanto a órdenes de aprehensió­n cumpliment­adas.

Mara movilizó a centenares de mujeres. Todas ellas cansadas de que esa violencia se minimice por las autoridade­s en turno y quienes difunden que si son víctimas, es porque salieron de su casas a deshoras. Bajo semejantes criterios, ¿Erika tendría que pedir perdón a las buenas conciencia­s por salir de su trabajo por la noche? ¿Debería dejar de trabajar pues, para no tener que tomar un taxi por la noche y exponerse a ser violentada? No exagero, es lo que de pronto se difunde en redes cuando se sataniza a las mujeres por transitar de noche. Si el tema se centra en que las mujeres no deben circular de noche y de no ponerse en el tocadero, para que no te toque, se trivializa la lucha por la seguridad. El tema de fondo es: ¿cómo garantizar seguridad a una mujer que aborda un taxi sea de la empresa que sea, si esas empresas no indagan a fondo quién conduce bajo su marca y tampoco se los exige la autoridad. En Ciudad de México, se están tomando acciones, aunque tarde, y el resto de las ciudades que ofertan estos servicios de transporte público debieran hacer lo propio, para empezar y demostrar que sí están interesado­s en erradicar una de las tantas formas en que se violenta a las mujeres.

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