Para los críticos de la empresa es la estructura fiscal que utiliza
No todo el mundo se tranquilizó con el nuevo mensaje de Uber, y los críticos de la compañía sostienen que una de sus principales ventajas empresariales ha sido su disposición a explotar los vacíos legales de las regulaciones. “Tienen muchos temas que resolver, y cuando piden perdón, me parece algo prematuro hasta que resuelvan de todas las cosas que tienen que resolver”, dijo Benjamin Edelman, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard. Entre las áreas que la compañía tiene que abordar para hacer cambios, sugiere que el grupo puede reembolsar cargos erróneos a pasajeros.
Pero el cambio en el mando de Uber también le presenta a los reguladores una oportunidad para presionar por nuevas concesiones. “Uber hará cualquier cosa para mantener la imagen de relaciones públicas, no quiere ningún tipo de imagen negativa”, dice Santosh Rao, analista de Manhattan Venture Partners. “Así que ahora darán más. Este es el momento adecuado para exigir concesiones de Uber, porque necesitan hacer lo necesario, no pueden perder Uber UK”.
Incluso si Uber recupera su licencia del TfL —se espera que el proceso de apelación sobre la decisión dure varios meses y Uber podrá seguir operando en ese tiempo— la firma enfrentará grandes obstáculos en el mercado de Reino Unido.
Uno de los principales blancos para los críticos de Uber es la estructura fiscal que utiliza y que canaliza todos los pagos de los pasajeros a través de una filial holandesa para evitar registrar esos ingresos en Reino Unido.
La compañía también se enfrenta a la incertidumbre sobre si los tribunales le van a dar a sus conductores la categoría de empleados que deben tener prestaciones, o de contratistas independientes, que es lo que prefiere Uber.
Esos riesgos, junto con la amenaza de que TfL le prohíba operar, significa que Uber se enfrenta a una lucha difícil antes de poder tener una presencia regulatoria firme en Reino Unido, sin importar lo diplomático que pueda ser Khosrowshahi.