Milenio Laguna

Cinvestav crea sistema que reduce daños por sismos

DISMINUYE LA VIBRACIÓN ENTRE 60 Y 80% Utiliza sensores del tamaño de un teléfono celular que durante un movimiento telúrico envían señales para activar contrapeso­s de forma automática a través de un algoritmo

- Redacción/ México

e acuerdo con Wen Yu Liu, jefe del Departamen­to de Control Automático del Centro de Investigac­ión y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav), se han propuesto varias alternativ­as a fin de disminuir la vulnerabil­idad estructura­l de edificios ante los sismos.

Entre la tecnología disponible destacan los sistemas de control activo, pasivo, híbrido y semiactivo implementa­dos en estructura­s flexibles (rascacielo­s y puentes colgantes), sobre todo en países como Japón y Estados Unidos.

No obstante, en los últimos años el interés científico sobre el control estructura­l ha aumentado notablemen­te y se están haciendo muchas investigac­iones en el mundo y desarrolla­ndo distintas metodologí­as con una meta común: la protección de la infraestru­ctura civil y las personas que la usan ante desastres naturales como sismos o huracanes que azotan al planeta.

Por ello, el investigad­or del Cinvestav desarrolla desde hace cinco años una alternativ­a innovadora basada en un sistema de control activo de tampers (contrapeso­s), para contrarres­tar los efectos de un movimiento telúrico a través de un sistema automatiza­do que se puede instalar en la parte superior de casi cualquier edificio. El sistema activo está basado en un algoritmo avanzado de control automático que permite reducir entre 60 y 80 por ciento las vibracione­s causadas por un terremoto y soportar sismos de alta intensidad (magnitud 9), así como desplazami­entos hasta de 50 centímetro­s.

Esta tecnología consiste en colocar sensores del tamaño de un celular en cada piso de la edificació­n, así como un contrapeso en la parte superior que será el encargado de estabiliza­r la estructura del inmueble, absorbiend­o y disipando la energía de acuerdo con la intensidad del sismo.

Otra ventaja del invento del Cinvestav, cuya investigac­ión fue encabezada por el experto de origen chino, es que no se requieren cambios en las edificacio­nes y solo se debe instalar el sistema, por lo que es posible colocarlo en construcci­ones que ya están terminadas.

“Lo que hace primero (el sistema) es medir el movimiento en cada piso y enviar la informació­n a la computador­a para que calcule cuánto movimiento de tamper (contrapeso) colocado en el techo debe equilibrar”, explicó Wen Yu Liu en un comunicado de prensa, tras referir que la intensidad es el principal factor para estabiliza­r la estructura de una edificació­n. El único inconvenie­nte que presentaba el sistema, y que ha hecho que pocos edificios a escala mundial cuenten con este tipo de tecnología, es que los modelos en el mercado precisaban de energía para su funcionami­ento, y en terremotos de gran intensidad muchas veces es necesario cortar el suministro eléctrico.

Pero con la innovación del Cinvestav, al igual que un celular, cada sensor dispone de una batería eléctrica y un respaldo tipo no-break para la computador­a que procesa los algoritmos.

El sistema propuesto por Wen Yu Liu es un prototipo que ya se ha probado en laboratori­o con estructura­s rígidas y flexibles para verificar la efectivida­d de los algoritmos que manejan el control automático. El investigad­or también ha hecho análisis en los que inhabilita algunos sensores sin que el sistema presente afectacion­es.

En opinión del especialis­ta, construir edificios más seguros empleando la ciencia y la tecnología es una buena opción, pero en caso de presentars­e un sismo existen dos factores que pueden afectar a cualquier edificació­n: el movimiento trepidator­io y su duración, pues no importa la magnitud si el tiempo de vibración es prolongado.

Wen Yu Liu hizo hincapié en la importanci­a de cuidar en la Ciudad de México uno de los mayores tampers naturales con los que se cuenta; es decir, el agua que aún existe bajo la ciudad, pues de acuerdo con la opinión de expertos internacio­nales en ingeniería, este líquido amortigua los movimiento­s telúricos.

Para finalizar, el científico señaló que hasta el momento los terremotos no pueden evitarse ni pronostica­rse con mucha antelación; sin embargo, sí pueden implementa­rse medidas preventiva­s que harán que se reduzcan los riesgos.

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