Antonio Tabucchi
Gil encontró un libro de este escritor, al que siempre ha apreciado, Autobiografíasajenas (Anagrama). Estos son los subrayados de su lectura, Gil los arroja a esta página del directorio
G il Gamés cierrala semanaarastras.Demasiadasemociones para elpobreGilga, muchasdesgracias, cosasycasastristes.Gamés caminabapor elamplísimoestudio,intocadoporla mano delsismo,yencontróunlibrode Tabucchi (1943-2012), unescritorqueGilsiempreha apreciado, Autobiografías ajenas (Anagrama).Estos sonlossubrayadosdesulectura, Gillosarrojaaesta páginadeldirectorio. ••• […] Siempre llevo conmigo [una libreta] puesto que sé bien, después de tantos años dedicados a la escritura, que una historia puede llegarte de repente, y si no tienes el instrumento para aferrarla, para esbozarla al menos, puede alejarse con la misma facilidad con la que llegó. ••• En particular, la literatura nos enseña cómo una facultad sensorial puede desencadenar la memoria hasta constituir en ocasiones el punto de partida de la obra. Una obra literaria que atañe en efecto a las vivencias de quien la ha escrito, pero que de ninguna manera se corresponde con las características de la autobiografía, la cual, como es sabido, participa de la objetividad, al estar fundada sobre la identidad entre la persona que comparece como autor del libro (que no es el yo narrativo de la novela) y el protagonista (que, en la novela, puede ser relatado en una persona distinta de la primera). ••• […] la novela, en vez de establecer entre el autor y el lector un “pacto autobiográfico” (en el sentido de que el lector acepta que lo que el autor ha escrito es una autobiografía), establece lo que se define como un “pacto novelesco”: el lector sabe que lo que está leyendo proviene de las vivencias del autor, pero es al mismo tiempo consciente de que tales vivencias han sido transformadas en ficción, es decir, en una novela. ••• La dificultad de formular los sueños en términos narrativos es bien conocida para cuantos tienen nociones de psicoanálisis sobre todo de la interpretación de los sueños según Freud. […] No sólo a causa de determinados saltos paralógicos, o de determinados pasajes braquilógicos, o del problema de un tiempo vivido en el inconsciente e imposible de transferir a un tiempo narrativo; sino sobre todo porque cada sueño es una emoción, una sensación que halla su “sentido” mientras pertenece a su específica “realidad”, y que lo pierde cuando se intenta transferirlo a la realidad del estado de vigilia. ••• Voces. ¡Si fuera posible traducir en palabras las emociones que suscitaron en nosotros las voces de aquellos a quienes amamos en el curso de nuestras vidas! Y sin embargo las llevamos en nosotros, en lo más hondo de nosotros mismos, como un tesoro en un cofre que no puede ser mostrado a nadie, y del cual sólo nosotros poseemos la llave. […] Pero ¿cómo restituirlas? Las palabras que escribimos sobre el papel están sordas: persiguen en vano esas voces sin llegar jamás a captar su timbre. Estamos en el plano de la abstracción, y la abstracción no es traducible. ••• En el verano del noventa y tres, cuando Pereira, que se había convertido en un viejo amigo mío, me había relatado su historia, yo pude escribirla. La escribí en Vecchiano, en dos meses tórridos también, de intenso y furibundo trabajo. Por una afortunada coincidencia, acabé de escribir la última página el 25 de agosto de 1993. Y quise registrar esa fecha en la página porque es para mí un día importante: el cumpleaños de mi hija. Me pareció una señal, un auspicio. El día feliz del nacimiento de un hijo mío nacía también, gracias a la escritura, la historia de la vida de un hombre. Tal vez, en la inescrutable trama de los eventos que los dioses nos conceden, toda ella tenga su significado. ••• […] el caso es que los escritores como yo son unos irresponsables, y también un poco cobardes, porque se inventan historias a las que luego temen. ••• […] los personajes de este libro [Se está
haciendocadavezmástarde] tienen la soterrada sensación de llegar tarde, incluso respecto a ellos mismos. O bien a veces tienen la sensación de haberse adelantado o de haber llegado tarde, en el sentido de que habían intuido lo que les estaba ocurriendo: traiciones realizadas o sufridas, errores e incomprensiones, sólo que se dieron cuenta con retraso. En el sentido de que en el mismo momento intuían pero no comprendían; lo comprendieron más tarde. En definitiva, son todas ellas vidas fuera de hora. ••• Yo diría que a su manera éste
es un libro de epitafios, en la tradición de la epigrafía latina. El título constituye una suerte de letrero que advierte al visitante a la entrada del cementerio. Cuando éste llega frente a las lápidas y se pone a leer las inscripciones, se da cuenta de que se halla frente a lo Definitivo: todo aquello que se ha dicho es inmutable, porque está testimoniado por la escritura, y no puede cambiarse, aunque no hubiera sido así. ••• Cuando uno empieza a escribir una historia, empieza a suponerla, y cuando la ha terminado sigue suponiéndola. Un libro, para un escritor (aunque creo que para el lector también), no acaba jamás allí donde termina. Un libro es un pequeño universo en expansión.
•••
Sí,losviernesGiltomala copa conamigos verdaderos. Mientras elcamarerose acerca conla charolaquesostieneconcimientos bienpuestos elGlenfiddich15,Gamés pondráacircularla frasedeHerbertSpencer porelmanteltanblanco: Tiempo: lo que los hombres siempre tratan de matar, pero acaba por matarlos.