Puebla se restaura; no habrá demoliciones
Se requieren cerca de 2 mil millones de pesos para restablecer los monumentos estatales, dice Sergio Vergara, gerente del Centro Histórico
“Sus 64 iglesias tienen daños, aunque son 34 las que están en muy malas condiciones”
El sonido del cincel y el martillo en la ciudad de Puebla se ha vuelto una sinfonía en medio del caminar de las personas y el transitar de los automóviles. Sustituye a las campanadas de los monumentos arquitectónicos que resultaron dañados luego del sismo del pasado 19 de septiembre.
A dos semanas de ese fenómeno natural, Puebla se encuentra entre andamios, trabajadores y arquitectos, cuyos esfuerzos están encaminados a salvaguardar los monumentos históricos del siglo XVI al XIX, que presentan afectaciones en su estructura.
Para su restauración se requiere de una inversión millonaria y de un año de trabajo intenso. Sergio Vergara, gerente del Centro Histórico de Puebla, dice a MILENIO que se necesitan alrededor de dos mil millones para restaurar los inmuebles dañados.
En los siete kilómetros de la ciudad se revisaron mil 200 casas, de las cuales unas 320 resultaron dañadas. Las 64 iglesias erigidas en esta urbe tienen daños, aunque son 34 las que están en muy malas condiciones. “Ya fueron apuntaladas con troquelados —indica el titular del Centro Histórico—. Estamos trabajando con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y ya presentamos un listado de las iglesias más afectadas para que sean consideradas en un proyecto de reconstrucción y, así, poder trabajar en las 34. Estamos en espera de los recursos”.
En estos días, Puebla se reconstruye: por indicaciones del INAH ningún monumento podrá ser derrumbado, pero sí restaurado, subraya el gerente del Centro Histórico de Puebla. “Tenemos una buena noticia: algunas fundaciones, como las de Manuel Alonso Espinosa y de Alfredo Harp Helú, nos están ayudando con andamios, que es lo que necesitamos en este momento. La mano de obra la absorbe el ayuntamiento”.
Advierte que la Fundación Alonso Espinosa proporcionó “dos tráileres con polines que ya repartimos por toda la ciudad, en tanto que la Fundación Harp Helú aceptó financiar los apuntalamientos estructurales de algunos monumentos.
Vargas añade que se enviaron las listas de los inmuebles a las fundaciones: la Casa de Alfeñique, la Biblioteca Palafoxiana, la Iglesia de San Jerónimo y la San Pablo. “Ellos van a absorber el apuntalamiento, que es el principio de la restauración, pues la contención de los monumentos automáticamente representa 50 por ciento de la fase de restauración. Nada más faltaría el proceso de inyección para completar los faltantes de piedra”.
Al caminar por las calles del Centro Histórico de Puebla se pueden observar las afectaciones que presenta el Templo de la Compañía, donde descansan los restos de la China Poblana, a quien se le debe el diseño del traje típico de esta entidad.
Justo enfrente está la Casona de la China Poblana, donde habitó este famoso personaje, que no era china, sino filipina, de acuerdo con Esdras Damián Tello, recepcionista del lugar que ahora es un hotel
boutique y conoce esta singular historia al pie de la letra.
En el Centro Histórico de Puebla se trabaja arduamente en su restauración. El ejemplo más significativo es la Catedral de Puebla, que sufrió daños en el sagrario, además de que cayó la linternilla de una de sus torres. La estructura ya ha sido apuntalada, en espera del proceso de restauración que le devuelva su esplendor original.
Casa de Alfeñique
La Casa de Alfeñique, que alberga al Museo del Estado, con su fachada ricamente elaborada en yesería, es una de las joyas del Centro Histórico de Puebla.
Obra del arquitecto Antonio Santa María, el inmueble construido en 1790, que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco, es el monumento que resultó con mayores daños.
Para evitar cualquier riego, la