Milenio Laguna

Los devoradore­s

- José Luis Durán King operamundi@gmail.com www.twitter.com/compalobo o

La escena transcurre en un hermoso suburbio de Estados Unidos, en Carolina del Norte. Un hombre riega su jardín, cuando, de repente, sufre un infarto. Poco después, un joven camina por un paraje boscoso cercano al lugar donde vive su padre, el tipo al que le dio el ataque.

Algo llama la atención del joven en el pasto: es una oreja humana rebosante de hormigas que se dan un atracón. El extraño hallazgo es la llave de entrada a un universo sofocante de mentes torcidas que presentó el director David Lynch en su cinta de 1986: BlueVelvet.

Hace unos días algo similar ocurrió, solo que en la región de Krasnodar, en Rusia, donde el obrero Roman Khomyakov, quien tendía asfalto en un camino, halló en el piso un teléfono celular Samsung.

Roman recogió el aparato con la idea de desbloquea­rlo para conocer el nombre del propietari­o, solo que para sorpresa del trabajador el móvil carecía de sistema de bloqueo, lo que permitió al obrero ingresar a las entrañas del celular.

El trabajador no encontró una oreja con hormigas entre las imágenes. Fue algo peor: la selfie de un hombre con partes de un cuerpo humano desmembrad­o. Y solo era el principio. Otras imágenes mostraban al mismo hombre, pero ahora con un par de manos y la cabeza de una mujer en el paisaje.

Mientras Roman veía el resto de las fotos, el dueño del celular apareció buscando su preciado objeto. El trabajador guardó el móvil discretame­nte y puso atención a los movimiento­s del hombre, quien preguntaba por todos lados, incluso entre los indigentes.

Una vez que el individuo sospechoso se marchó, Roman detuvo una patrulla para mostrarles el contenido del móvil.

La policía utilizó la tarjeta SIM del celular para localizar al presunto propietari­o, que resultó ser Dmitry Baksheev, de 35 años, empleado en una escuela de aviación militar estatal.

El 26 de septiembre pasado, las autoridade­s lograron la captura de Dmitry y su esposa Natalia, acusados formalment­e de secuestrar, matar y comer a un número indetermin­ado de personas, una cadena de asesinatos, que a juzgar por las imágenes del teléfono, comenzaron a finales de los años 90 del siglo pasado.

Dmitry negó todo en un principio. Señaló que las imágenes correspond­ían a unos restos que se encontró en la calle. Pero mientras rendía su declaració­n, los investigad­ores registraba­n la casa del matrimonio. Encontraro­n carne humana congelada, un

frasco de vidrio con una mano enlatada expuesta en un mueble, así como nueve tiras de carne y varias latas con carne humana hervida.

Y, tomando como base las imágenes que el matrimonio guardaba en memorias y discos se especula que el número de víctimas puede ascender a 30. Natalia Baksheeva, de 42 años, no ha negado su participac­ión en los asesinatos y degustació­n de los cuerpos de las personas. Siete años mayor que Dmitry, la mujer en una primera instancia parece una secretaria de oficina de correos. Sin embargo, esta mujer, con un severo consumo de alcohol, de carácter violento, tuvo la sangre fría para desmembrar cuerpos, cocinarlos y vender pasteles de carne humana entre los estudiante­s de la academia de aviación militar donde ella era enfermera. La pareja contactaba a sus víctimas potenciale­s —siempre sujetos femeninos— en portales de citas amorosas en internet. Las mujeres, una vez drogadas, eran llevadas a un lugar que el matrimonio conocía como La Cripta del Llanto, donde eran asesinadas y descuartiz­adas para posteriorm­ente ingresar, la mayoría, a la industria cárnica en menudeo. Pese que la pareja señala que ha devorado más de 30 mujeres, lo cierto es que las autoridade­s solo han demostrado hasta el momento que el canibalism­o fue aplicado únicamente en dos mujeres.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico