Elsillóndelproductor
arvey Weinstein, uno de los hombres que más ha luchado por la realización de buen y valiente cine independiente, fue incapaz de mantener cerrada su bragueta y eso me pone del peor humor posible. Así como Meryl Streep, quien trabajó una y otra vez con el productor, lo siento como una traición personal, porque era un hombre que respetaba, que admiraba y que al final del día no terminó más que siendo un ordinario patán que acosó a más no poder a muchas mujeres sobre las que tenía poder.
Me lo preguntaba cuando se dio a conocer la noticia, antes de que él pidiera ayuda a sus amigos en el ahora famoso correo electrónico (no se la dieron) para que no lo despidieran de su propia compañía. Me preguntaba: ¿cómo es posible que alguien con tanta sensibilidad para generar arte no sea más que una bestia abusiva cuando se trata de materias de género.
Se trata de sexo, sí, pero ante todo es de poder. Y siendo del lado liberal de la trágicamente dividida nación que tenemos por vecinos hace más cochino el asunto (aunque podría ayudar un poco el caso contra Trump, ¿no? Si vamos a rostizar en leña verde a un productor de cine ¿cómo pueden dejar que su presidente, al que se le ha demostrado eso y más, siga en el poder?).
Ahora imaginen cómo funciona esto en los mundos menos visibles del espectáculo. El sillón del productor no suele ser justo en muchos casos. Yo conozco muchos, de telenovelas en particular, que no se han comportado de esa manera. Pero también sabemos de los secretos a voces, de aquellos que lo hicieron y lo seguirán haciendo si no pasa nada. Si el caso Weinstein solo se queda en Hollywood, si seguimos cultivando una cultura donde muchas crean que la fama les dará poder. No, chicas, no es una moneda de cambio justa, ni pareja. Hay que tener demasiada fama, para poder contra un poquito de poder. Y eso nunca se ha comprado con sexo. Y eso siempre acaba expirando muy rápido.
En otras palabras, que esto sirva de lección y no solo en el mundo del entretenimiento. El caso Weinstein es trágico, porque era un hombre respetado. Trabajador por muchas buenas causas. Gran productor de cine. Creo que eso lo hace más horrible y difícil de entender. ¿Cambiará algo? No. No es como se hacen los castings en todos lados. No, no es asunto del medio de entretenimiento, ocurre en todos los ámbitos donde debemos convivir. ¿Pero tal vez si dejamos de ignorar el sofá del productor, las cosas verdaderamente empiecen a cambiar en términos de equidad. Qué decepción, Mr. Weinstein. Qué maldita decepción. A trabajar, y reparar daños por favor. Eso va también para ustedes, las versiones menores, pero igual de nocivas que don Harvey W.