El Río Nazas traía fuerza; se esperaba un gran caudal
Se les recordaba a los dueños de fincas, tomar precauciones, para evitar otras posibles inundaciones
Agricultores locales no habían acatado la instrucción de colocar por sus cuentas represas para el riego de sus siembras, lo que en la avenida grande anterior, en 1917, hizo que el agua se brincara a las calles.
Había una epidemia grave en París. Después de la guerra y de la influenza, cuando todas las cosas aún estaban acomodándose, los parisinos se habían vuelto gastalones. Quién sabe de dónde sacaban los francos, pero el mal cundía y afectaba a todos, ricos, pobres, y hasta los animales andaban enjoyados.
Un pollo se vendía entre 25 y 40 francos, y salía del mercado a la cazuela. Quién sabe si esos pollos muertos traerían zarcillos, pero eso costaban. La gente pagaba esos costos en medio de las huelgas de hambre que los demás realizaban. Hasta en los saqueos se decantaban todos por lo más caro.
Pero lo que sorprendía al cronista de estos hechos, un corresponsal del Daily Mail, era que el sentido del dinero se veía anulado por que todos querían vivir opulentamente desde su propia pobreza o riqueza. Un signo del capitalismo, una novedad entonces. Era como dilapidar todo ante la certeza de que la muerte estaba más cerca que nunca.
Así era en Europa que estaba en una inestabilidad que no vivía desde hacía buen rato. Tropas rumanas asaltaron Hungría y comenzaron a reorganizar el país. No se informó si fue detenido Bela Kun pero sí que encontraron batalla en algunos lugares del país. Los aliados aunque alabaron a Rumania, también tenían ciertos temores.
El corresponsal de Associated Press en México James Carson declaraba que no era cierto que le hubieran aplicado el 33 por considerarlo extranjero pernicioso, como se informó en periódicos yanquis. Y que había vuelto a su país por unos pendientes que tenía.
Como andaba la cosa, no faltó quien quisiera entibiar esos calores y se fundó la México Union and American Friendship, sociedad con el fin de estrechar las relaciones de amistad entre los dos países, y más que nada, promover los intercambios comerciales.
Míster Farley, integrante de la Liga Antialcohólica de EU llegó a México haciendo propaganda contra el maldito vicio, y buscando que las autoridades determinaran un país seco. Pero a las autoridades les encantaba el chupe, así que Míster Farley nada más se vino a pasear, pero le aseguraron que ya se habían tomado medidas para la templanza.
Seguro recibió muy bien la noticia de que la guerra contra el opio se declaró en nuestro país. Y es que se vendía hasta en las tiendas de chicles, pero las autoridades se dedicaron a retirarlo de los anaqueles de las farmacias y boticas, labor a cargo del químico Donaciano Morales.
La Secretaría de Guerra mexicana declaraba que federales no habían matado al ciudadano yanqui Koley, cerca de Tepetates, por ahí por el rumbo de Juan Casiano. Tampoco decían quien lo había matado. Pero de que se murió se murió y se armó una bronca.
Las campañas políticas en el noveno distrito electoral se intensificaban. Los menos peores y con más posibilidades eran Celso Castro, comerciante y ex presidente municipal, y el intelectual universitario Fernando González Calderón.