NIÑOS ARRANCAN APLAUSOS, PALMAS Y COROS
Casa de la Música ofrece primer concierto para ayudar a damnificados por el sismo en Oaxaca y Chiapas
La expectativa era alta y las primeras filas ya habían sido ocupadas por niños, maestros y tutores, dispuestos a presenciar el espectáculo “Ayudando con mi música”, diseñado por el maestro Joel de Santiago, director artístico de La Casa de la Música de Torreón, y Maricarmen Russek, presidente de la Fundación Ayuda desde tu Corazón.
Poco a poco el Teatro Nazas se fue llenando de personitas bulliciosas; vestidos con uniforme escolar llegaron con mochilas colgadas a la espalda y se apropiaron de la sala que explotó en medio de una fiesta musical que ofrecieron 120 niños que forman parte del coro y la orquesta que se fundó en la colonia Santiago Ramírez, una de las más azotadas por la presencia crimen, años atrás en Torreón.
El objetivo fue el recabar fondos que serán destinados a apoyar a niños que viven hoy en zonas de desastre luego de que un terremoto sacudiera sus comunidades ubicadas en Oaxaca y Chiapas. El actor Erón Vargas, salió discretamente al escenario y entre movimientos acentuados y onomatopeyas logró de inmediato la atención y más aún, la comunicación con su público que lo alentaba a continuar con la rutina.
La orquesta entró enseguida con el intro de Así habló Zaratustra de Richard Strauss, seguido del Corrido de Torreón. El maestro Joel de Santiago dirigió a sus muchachos de una manera notable; luego de dar la bienvenida a los asistentes continúo el programa con el Otoño de las Cuatro Estaciones de Vivaldi y algunas piezas de cine y de musicales de Broadway.
La alegría de los niños fue elevándose con cada interpretación en el marco de un espectáculo que en su primera función resultó grato y emotivo. En el desarrollo del espectáculo intervino Erón Vargas vestido como chino, como ranchero, como enmascarado de la lucha libre, como mimo submarino.
Otros artistas harían de igual forma su magia. Enrique Michel Cansino, joven autista, cantó “Vivir sin aire”, tocando su guitarra junto al maestro Jorge Valenzuela quien lo acompañó con percusiones, y José Guadalupe de la Cruz Morales, un joven que padece ceguera, puso a bailar a los estudiantes en las butacas al cantar “Salta sin parar”: -Buenas tardes. -Buenas taaardeeees, se escuchó en la sala.
-Mi nombre es Jesús Guadalupe de la Cruz Morales, y voy a cantar Salta sin parar.
Después de eso la energía se desbordó y los niños brincaron como canguros, conejos, ranitas y pulguitas; sin manejar el género de ska, reggae, punk o grunge, sino una pista de Tatiana, los niños pronto hicieron slam, ovacionando a José Guadalupe.
Este encuentro festivo fue posible gracias a los maestros de La Casa de la Música de Torreón, participando en el piano Tatiana Marouchak y en el violín Ismael Estevané.
Otra de las sorpresas fue la interpretación del canto Xochipitzahuatl, que informó el maestro Joel de Santiago a su auditorio, en náhuatl significa Flor menudita, misma que se realizó con trompeta de caracol y otros instrumentos prehispánicos.
Asimismo participó el joven cantante Miguel Ángel Nevárez Antuna, quien con la canción “Que lo nuestro se quede nuestro”, logró mantener a su público con las palmas arriba, en tanto que el coro interpretó el Ave María de Giulio Caccini.
A pesar de que la sala se fue vaciando minutos antes de la una de la tarde debido a que los niños fueron movilizados en camiones y combis escolares que deberían retornarlos a casa, los integrantes de La Casa de la Música cerraron el concierto con “La marcha de los santos” y la canción “Color esperanza” que fue coreada por quienes decidieron no perderse el final.