Es la corrupción, señor Presidente
El lunes, en un foro televisado, el Presidente declaró: “A cualquier cosa que ocurra hoy en día, es por la corrupción (sic). Casi, casi, si hay un choque aquí en la esquina: ‘Ah, fue la corrupción, algo pasó en el semáforo, ¿quién compró el semáforo que no funcionaba?’”.
“Hemos tenido ejemplos de socavones, pues a ver, pasan en todas partes del mundo. Uno señalado, pero ha habido varios más y ahora vimos estos sismos y detrás de cada evento quieren encontrar un culpable y siempre es decir ‘es la corrupción’, cuando no necesariamente asiste el que detrás de algún evento, consecuencia de algo, tenga que ver con la corrupción” (http:// bit.ly/2yA2VYA).
El socavón aludido es el del Paso Express, que mató a dos personas, y que investigaciones gubernamentales e independientes han mostrado ocurrió por negligencia y falta de supervisión en una obra que costó el doble de lo planeado. La supervisión, cabe resaltar, estaba a cargo de un delegado de la SCT cuya experiencia laboral era de director de una cadena de escuelas de inglés.
No hay ejemplo más claro: se trata de un puesto técnico, para el que se necesita conocimiento específico. Y su lugar lo ocupaba alguien que pasó casi una década encargándose de que a sus clientes no les vieran cara de “what”.
Horas después de que el Presidente diera su visión del asunto, el Pew Research Center, prestigioso centro de investigación estadunidense, dio a conocer los resultados de su trabajo más reciente (http://pewrsr. ch/2ze2hxt, en inglés). Según Pew, de 28 países consultados, México es el menos satisfecho con su democracia. Solo 6 por ciento está contento con el sistema de gobierno. El 15% confía un poco en la administración actual, 2% mucho. El 83% restante desconfía.
Con casos como el del Paso Express, con la casa blanca, con Odebrecht, vaya, con el helicóptero presidencial que un senador usó para ir a jugar golf este fin de semana, es obvio que la gente está enojada.
Un lustro en el poder y el Presidente sigue sin entender que no entiende.