“La educación financiera en México es inexistente”
Para Marcelo Lara, analista de la Educación Financiera, es importante que las personas sepan que pueden tener en sus propias manos herramientas sencillas y básicas para que sus recursos puedan ser mejor aprovechados
Nos han hecho creer que hablar sobre finanzas es un ejercicio horrendo. Que no podemos entender nada. La realidad según Marcelo Lara, analista de la Educación Financiera en México, es otra, y todos podemos incidir en nuestras finanzas para poder obtener una mejor calidad de vida.
Desde hace tres años, señala el joven experto, comenzó a ver la necesidad de que la gente conozca sobre estos temas.
Su deseo es que esta educación se diera desde los primeros niveles de educación. Y como esto no ha sido una prioridad gubernamental, él mismo creó el taller “Educación Financiera: Lujo o Necesidad”, que imparte de manera gratuita.
Sus objetivos no son los comunes en estos casos. Para él es importante que las personas de clases medias y bajas sepan que pueden tener en sus propias manos, herramientas sencillas y básicas para que sus recursos puedan ser mejor aprovechados. Hace un año aproximadamente que imparte este taller, que ha sido bien recibido por todos los interesados en mejorar la utilización de sus recursos.
“Uno de los problemas más serios en América Latina es la educación financiera de los ciudadanos, y en particular en México, donde esto no existe en ninguna esfera social. Pero se recrudece en quienes ganan menos. Esto pega en la economía de los países. No podemos tener ciudadanos endeudados, bancos que cobran tasas de interés altísimas, clientes que no saben usar una tarjeta de crédito, que no saben para qué sirve una cuenta de ahorro, que se endeudan comprando cosas como carros o casas aunque saben que al final no los podrán pagar”.
La realidad es cruda y dura, bajo planteamientos que coinciden completamente con los postulados por Richard Thaler, el premio Nóbel de Economía de este año, que habla sobre una Teoría del Autocontrol, donde queda demostrado que el gasto muchas veces se hace en función de deseos, no de necesidades, y habla de una psicología de consumo que pocas veces notamos.
Marcelo Lara señala que a pesar de que existen herramientas para mejorar nuestra economía, casi nunca las conocemos, y si las conocemos no las utilizamos. La naturaleza consumista del mexicano, tal vez bajo influjos de nuestro vecino del norte, el consumista por excelencia, nos hace gastar lo que no tenemos y además, nos hace pensar que ahorrar es una cosa innecesaria.
“Gasta uno en todo. El mexicano no ahorra porque antepone otras cosas y considera que no completa para ahorrar. No previene y vive al día sin preocuparse por el futuro. Y es un problema del ciudadano promedio de América Latina. Sin educación financiera caes muy fácil en las trampas del consumo y el gasto”.
No somos astutos al consumir, señala. No sabemos comparar precios, tasas de interés en créditos al consumo o de casas o de autos. Consideramos que hay que aprovechar la oferta en el momento porque no regresará. Marcelo colabora en distintos medios de comunicación y a través de ellos trata de brindar las herramientas mencionadas.
También creó su agenda “El Gato Financiero”, porque dice que los gatos son astutos y “traicioneros”, como las finanzas, una agenda que nos puede orientar para que al consumir no se gaste demás, y se pueda invertir de manera inteligente en los sueños que se quieren trazar a largo plazo de forma óptima y también lograr la meta del ahorro.
“Hay mucho de dónde podemos apoyarnos para educarnos. Pero no nos gusta sentirnos limitados al gasto; nos aterra la idea de pensar en el futuro y en cómo vamos a vivir, así que mejor no tocas ese tema. Pero a fin de cuentas eso te va a pegar un día”.
Comparte datos fríos sobre el dinero. Ocho de cada diez mexicanos no ahorran, ni tienen en mente este concepto; la clase media vive día a día recibiendo un salario que gasta en créditos adquiridos y la sobrevivencia con la compra de comida y gastos básicos; el 85% de autos se compran a crédito sin que se comparen alternativas sobre costos totales; el 89 por ciento de las casas también se compran a crédito, sin que la gente sepa que a veces el crédito Infonavit es más caro que muchos que otorgan los bancos.
Por desgracia estos créditos se usan casi siempre por el deseo. El deseo de tener algo nuevo. Un deseo que se antepone a la realidad financiera, mucho más cuando se es cabeza de familia o alguien mas depende de nuestros ingresos.
Datos fríos sobre las tarjetas de crédito: en América Latina los bancos obtienen sus mayores ganancias por comisiones, pago de intereses, pagos atrasados y comisiones. Y ni los bancos ni las autoridades tienen interés en enseñarnos a usar estos productos.
En las charlas que imparte, saca a las personas de “onda” cuando les plantea dos realidades aplastantes: el salario promedio para vivir de manera cómoda y surtir necesidades básicas está devaluado un 34%; si además se quiere invertir en algún patrimonio mueble o inmueble, y vivir de manera no tan apretada, entonces el salario tiene una devaluación del 64%.
Sin educación financiera caes muy fácil en las trampas del consumo y el gasto”