Torreón rememoraba la Batallade Covadonga
Era una fecha muy importante y en esa edición de La Opinión se rememoraban las hazañas del rey don Pelayo, español, contra los moros de Al Andalús
Fue hacia el año 722, y la piedra de toque para que España dejara los cinco siglos de colonia morisca que venían. Cinco siglos que por cierto fueron de esplendor. Sin embargo era importante celebrar al menos esa batalla y los españoles de La Laguna hicieron una gran fiesta. En portada aparecía el rey Alfonso XIII, el que anhelaba ser el primer presidente de la gran República Española.
Un periodista lo había descrito años atrás. Lo vio desmedrado y afable y cuando le tocó el turno de tenerlo cerca incluso se preguntó si ese hombre de verdad era un rey. Tenía porte alicaído, ciertamente. Era un hombre de apariencia débil. Le fue mal históricamente hablando. Pero por entonces estaba en pleno esplendor.
También se colocaron en la portada fotos de funcionarios españoles que trabajaban en la región y que eran muy importantes. Además de parte de los organizadores del festival de la Covadonga, que no eran pocos, pero al menos si salieron aquellos que tenían foto disponible, entonces no había eso de las selfies.
En tanto en España la gente andaba descontenta. Las manifestaciones eran constantes y el acoso policial a los manifestantes aún más. Pero acá en Torreón las fiestas de Covadonga ya estaban en el segundo día y se pusieron muy buenas. Sobre todo las que estaban abiertas al público en general, porque la otra parte de festejos fue más en privado y para gente elegante.
Petrogrado sufría por la cólera y la disentería. Ya estaban en ciernes los socialistas y la ciudad de los Romanov no tenía ni alimentos, ni medicinas para mitigar los malestares de la gente que moría a diario. La solución fue dar mítines en las calles para que la gente supiera prevenirse de estos males.
Alemania seguía dando excusas de su proceder en la guerra. Hundieron barcos que ya se habían rendido en Inglaterra y les valió gorro de todos modos la rendición. El representante alemán en Versalles mandó la explicación por escrito, donde por cierto no concretaron muy bien por qué habían atacado a tropas rendidas.
Italia exigía al gobierno mexicano castigo para los que mataron a dos italianos, uno en Guanajuato y el otro en Atlixco. Eramos un país inseguro para los extranjeros. Aún lo somos, pero somos un México mucho más peligroso para los mexicanos.