Pablo Montero y la Camerata de Coahuila, la “cereza del pastel”
CLilia Ovalle/ on una nutrida concurrencia de los hijos y nietos de quienes formaron a las familias que dieron sustento a Torreón y a la Comarca Lagunera, el Teatro Nazas fue el escenario para que la Camerata de Coahuila y el cantante Pablo Montero rindieran un homenaje a Milenio La Opinión, en el marco de los festejos de su primer centenario.
Para este concierto extraordinario, la orquesta coahuilense elaboró un programa emotivo que arrancó con un bolero clásico, “Quiéreme mucho” escrito por Gonzalo Roig Lobo, autor de una de las canciones cubanas más interpretadas a escala global.
En el marco de un festejo centenario como lo fue el recordar el tiempo fundacional de una región y la constitución del diario La Opinión, fundado el 27 de septiembre de 1917, este programa fue un pasaporte a la nostalgia para los asistentes, pertenecientes a una casta de emigrantes que echó raíces en esta tierra.
Vestido de frac blanco y acompañado de una fantástica interpretación musical, Pablo Montero realizó su mejor esfuerzo vocal para interpretar de Gianni Boncompagni, la obra Il Mondo, recibiendo el aplauso generoso de la concurrencia.
La sala del Teatro Nazas, cobró un nuevo impulso con el trabajo realizado como un obsequio por los músicos de la orquesta coahuilense, que dirigidos por su director, Ramón Shade, in- Camerata de Coahuila y Pablo Montero celebran el centenario. La Camerata y Pablo Montero rinden un homenaje a Milenio La Opinión Milenio terpretaron una suite mexicana de Eduardo Angulo, que abarcó piezas como el Jarabe Colimeño, Serenata, Huapango Criollo, Vals y Polka. Para sorpresa del auditorio, la Camerata de Coahuila consideró en este concierto conmemorativo un tributo al cantante Alberto Aguilera Valadez, conocido en el mundo de la música popular como Juan Gabriel, quien el 28 de agosto del año anterior falleció en Santa Mónica, California, Estados Unidos. Vestido de charro Pablo Montero fue el encargado de interpretar los clásicos del Divo de Juárez, selección que de un tono sereno culminó con un despliegue de algarabía donde el intérprete se enfocó en arrancarle el aplauso a la concurrencia.
Asimismo la Camerata de Coahuila, en un acto generoso, cerró la noche con el Danzón No. 2 de Arturo Márquez y Huapango de José Pablo Moncayo. El aplauso del público hizo que el director de la orquesta retornara al escenario para obsequiar, una vez más, a los asistentes con una ejecución más de las manos y el espíritu de cada músico que si bien, no nació en esta tierra, mantiene una resistencia férrea y un cariño inaudito a este desierto lagunero. El cariño de su público se dejó sentir en una ovación dentro de un concierto lleno de ternura a la historia fundacional.