EXCOMULGAN AL
Hijo mío: anda a decir el Altísimo, a través del Espíritu Santo, que no seáis necio, no ganasteis el premio. Tenéis que tener la resignación de San Pafnucio. Al Jurado Eclesiástico que califica las nominaciones, nomás no le gustó El Médico en Tu Casa, ni modo. Ahí será para la otra.
Además, sabemos de buena fuente que las únicas personas que tienen un médico en casa, en la bendita Ciudad de México son las que están casadas con un doctor. Hay colonias donde no entran los médicos, salvo que se expongan a que les roben estetoscopio con todo y maletín. En todas partes hay asaltos, balazos y construcciones que sabrá el Señor si están bien hechas. Cuando acabe con la violencia le damos su premiecito.
Ya excomulgamos también al Cardenal que anduvo cabildeando en el Vaticano para que le dieran su premio, a cambio del dinero para las tortillas de los Comedores Comunitarios. En el Vaticano le apodan FrayLozoya.
El padre Giuseppe Sciacca fue un hombre piadoso, honrado y ejemplar, nada qué ver con sus grillas, por su osadía, el Santo Tribunal Eclesiástico votó por unanimidad excomulgarlo, boletinándolo en las iglesias de todas las religiones (a menos de que nos arreglemos con una buena limosnita). Milagro en efectivo, no evolución. Atentamente Tu Santo Padre.