Yo venía de un estilo de vida de desmadre y cuando conozco el deporte me cambia por completo mis hábitos, mis decisiones”

comenta que su interés en participar es a invitación de su entrenador, le gustó y empezó a participar en triatlones de grandes distancias en donde asegura “Tienes tiempo de lidiar con tu cabeza, con tus emociones, con tus pensamientos y de ahí se derivó todo”.

El 6 de noviembre del 2016, cumplía 10 años de haber de haber perdido la vista y fue ese mismo día en el que se convirtió en el primer triatleta ciego del mundo “Ultraman” con 515 kilómetros en menos de 36 horas.

“Debes hacer las cosas con pasión, si no haces las cosas con pasión, siempre vas a encontrar un pretexto o siempre vas a llegar a un límite, cuando haces las cosas con pasión nunca encuentras un límite”.

Asegura que muchas veces por su condición, por haberse quedado ciego, se le dijo que aspiraba a imposibles, sin embargo, manifiesta que su frase “Yo no creía en lo imposible hasta que me convertí en lo imposible”. Abogado, dedicado al coaching empresarial, conferencias de desarrollo humano y motivacional, indica que luego de haber perdido la vista, su vida cambió radicalmente, pues llevaba un estilo de vida sedentario. “Yo venía de un estilo de vida de ‘desmadre’ y cuando conozco el deporte me cambia por completo mis hábitos, mis decisiones, mi grupo de gente cercana y eso también le da una tranquilidad a mis padres”.

Entre sus próximos retos, se encuentra viajar el próximo mes a Islandia a una competición más.