La influenza Española llegaba a erras laguneras
Aparecía así, un “horrendo fantasma” del pasado reciente de la región; llegó información de que en Durango y Chihuahua ya estaban varios enfermos padeciendo el mal
En dinero contante y sonante, eran cinco mil pesos oro nacional lo que se ofrecía como prima para quienes dieran información sobre el paradero de los asesinos de Chavero y Corona. El que ofrecía los dineros era el mismísimo gobernador Gustavo Espinosa Mireles, según esto de su propio peculio. Ajá.
El ciclón que había atacado en Cuba y Nueva Orleans, dejó muchos daños en Nuevo Laredo. Cuando menos 150 postes telegráficos se cayeron y se interrumpieron las comunicaciones. Los almacenes ferrocarrileros quedaron hechos unas ruinas.
La henequenera de Yucatán era embargada; los bienes confiscados se destinaron para pagar los impuestos que la susodicha empresa debía al gobierno, que perdonaba muchas cosas, pero ninguna relacionada con el dinero. Como ahora.
En la capital, el arzobispo José Mora y del Río declaraba que el clero mexicano veía con buenos ojos las leyes agrarias, que nada que ver el temor ese de que los fueran a dejar sin latifundios, como se decía por ahí, y que se sentirían muy felices en la justicia de que cada mexicano tuviera su cachito de tierra.
Un rumor señalaba que el gobierno británico había dado orden a sus súbditos de dejar México. No se confirmaba ni se desmentía nada porque la verdad era que nadie sabía nada. En particular no sabía el cónsul británico.
Otro desastre sacudió literalmente a la región de Alicante en España. Un temblor que dejó muchos daños y víctimas. Era la información preliminar, que no viajaba a la velocidad en que ahora las cosas se dan a conocer.
El ministro británico Lloyd George seguía de necio diciendo que quería que le extraditaran al ex káiser Guillermo Hohenzollern. Le pedía al congreso interaliado que le pidieran al gobierno holandés que les entregaran al sujeto, para acusarlo de la hecatombe. Tenían razón. Pero el ex káiser vivió vida de justo aún por largo tiempo.