EL PERRODISTA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
Una de las criaturas más extrañas de la biodiversidad electoral es sin duda el perrodista (emanado del Perrode, Partido en Retroceso Revolucionario Originalmente Democrático), con cuerpo de perro y alma de gato, una especie de la que ya solo quedan dos chuchos y una hembra
Originalmente, el perrodista era una raza pura, genéticamente creada para defender al hombre del dinosaurio y de la rata. Más tarde sus especímenes se infectaron gorronea (pues se colaban de gorrones a las fiestas de los chipocludos), donde pululan los dinosaurios, las ratas y otras alimañas, iniciando su decadencia.
Este ecosistema de poder y billelle propició severas mutaciones que desembocaron en el chucho de dos cabezas (defensor a muerte del dinosauro y todas sus iniciativas de ley) además de otras tribus menores, igual de ambiciosas y rastreras.
Algunos ejemplares mutaron en pejelagartos, para salvar la pureza de su linaje y pintaron su raya con el Perrode, emigrando a tierras morenas.
Los híbridos de la actualidad son ponzoñosos, patéticos y espeluznantes, mezclados con sangre azul de una extirpe de ratones mochos, con los que conformaron un Frente Suicida.
El Naturalista Charales Darwin opina: “A diferencia de la vaquita marina, el hombre no extrañará la extinción del perrodista (solo lo echará de menos el dinosaurio), ya que realmente no aportaba nada ni al medio ambiente ni al hombre, al contrario, era un parásito del erario”.
Aunque fuera feo, nocivo y traicionero, no podemos más que lamentar la desaparición de otra especie de nuestro planeta. ¡ Adiós, perrodista!